De cara al tercer aniversario del restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, establecidas en el gobierno de Barak Obama, algunos analistas admiten que aún quedan con vida algunos elementos de esa política, por lo cual niegan que las nuevas medidas del presidente Donald Trump se consideren un viraje de 360 grados.
Pedro Freyde, experto promotor de la política anterior y asesor de inversionistas en Cuba, explicó que ha sido un “timonazo” y no un viraje abrupto en cuanto a la política de la Casa Blanca hacia Cuba según reseña Martí Noticias.
“Aunque la nueva política implica restricción en los negocios y a los viajes a Cuba, es un error decir que es un viraje de 360 grados porque los empresarios estadounidenses siguen teniendo relaciones comerciales en La Habana en negocios que ayuden al pueblo cubano”.
Carlos Díaz Rosillo, asesor de la Casa Blanca, aseguró que las medidas fueron diseñadas para asegurarnos que el intercambio entre los cubanos y americanos continúen en beneficio del pueblo cubano.
“Las medidas ya establecidas hace tres años enfatizan en los derechos humanos, la libertad para Cuba y la seguridad nacional de los Estados Unidos” señaló Díaz Rosillo.
Nuevas medidas
Los cambios que ha realizado el presidente Trump, prohíbe las relaciones comerciales con 180 entidades controladas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias en el Ministerio del Interior de la República de Cuba (Minit) aglomeradas en el conjunto empresarial Gaesa.
“Se trata de algunas empresas de turismo y complejos cercano a los puertos. Se acabaron las relaciones con los militares. Es una dictadura y no podemos ayudar al régimen y sus monopolios”, sentenció Díaz Rosillo.
Expertos coinciden en que la posición anterior y la nueva coinciden: “quieren ayudar al pueblo”. “Al pueblo sí a los militares no”.
Redacción Cubanos por el Mundo
