Tal parece que Raúl Castro decidió abrir los ojos y mirar los padecimientos del pueblo. El dictador reconoció que la situación de la vivienda en Cuba es crítica e instó a las instituciones del Estado a dar un “mayor impulso” para atender la problemática.
De acuerdo con el diario oficialista Granma, el anciano expresó que su régimen está trabajando para generar un programa de mayor envergadura que permita la construcción de casas con mejores materiales.
El dictador compareció en el IV Pleno del Comité Central del Partido Comunista, del cual él es el primer secretario.
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Asimismo, anunció que en marzo próximo tendrá lugar un Pleno del Comité Central del Partido “con el fin de profundizar en las experiencias obtenidas durante el proceso de implementación de los Lineamientos, así como en la proyección estratégica para los años venideros”.
Los llamados “lineamientos” son las medidas orientadas por el Partido Comunista de Cuba que confirman la lenta y limitada naturaleza de las reformas tomadas por el general Raúl Castro ante la marcada crisis económica nacional.
En la escueta nota difundida por el oficial Granma, no se revelan más detalles de esta reunión de la cúpula del Partido.
La prensa oficial solo dice a secas que el ministro de Economía, Ricardo Cabrisas Ruiz, expuso el informe sobre el comportamiento de la economía en 2017 y la propuesta del Plan de la Economía y el anteproyecto del Presupuesto del Estado para el próximo año; y que Marino Murillo Jorge, explicó a los miembros del Comité Central el estado de la implementación de los lineamientos.
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Ningún dato económico cuantitativo ni cualitativo sobre estos aspectos fue difundido.
La situación de la vivienda y el estado de las edificaciones en el país es preocupante. Hay familias que sobreviven en sitios readaptados como vagones de tren.
Conseguir materiales para la construcción es bastante difícil o suelen tener precios demasiado elevados que el cubano de a pie no puede pagar con el salario.
No existe una política ni estrategia nacional para remodelar las edificaciones ni para la conservación de las viviendas.
Cuba cerrará este 2017 con un déficit de casi un millón de viviendas y con alrededor de 90.000 casas con pisos de tierra, según datos oficiales.
Informes gubernamentales reportaron 158.554 casas dañadas por el paso del huracán Irma entre el 7 y el 10 de septiembre pasados.
El régimen destinó muchos de sus recursos a solucionar las afectaciones del huracán en las instalaciones turísticas, que tienen prioridad; y no en las viviendas de la población.
Damnificados del huracán han reprochado a las autoridades que vendan en tiendas en divisas los materiales que no hay para ellos.
Redacción Cubanos por el Mundo
