Todo aquello que posterga una sonrisa, un abrazo, una reconciliación o simplemente una taza de café para conectarse con un ser querido, debe ser eliminado para cerrar el año de la mejor manera: sin deudas emocionales. Así lo recomienda un especialista en la materia, en una publicación de La República.
Alfonso Cox, psicólogo, asegura que la postergación de pendientes, no sólo afecta áreas laborales o sociales, también las emocionales. Recomienda terminar el año con buen pie, indagando en las deudas emocionales que han sido acumuladas y que al saldar, nos brindará un mayor grado de bienestar personal y familiar.
“Hay muchas personas que tienden a postergar eternamente la resolución de problemas y los temas pendientes, con otros y consigo mismos, ya sea porque los consideran imposibles o muy difíciles de solucionar o porque los angustia enfrentar cara a cara el problema”.
El psicólogo sugiere cerrar ciclos, bien sea mejorando alguna relación o finalizándola. Lo importante es concluir los procesos emocionales con una emoción positiva, viendo el aprendizaje y la experiencia que dejó cada vivencia.
Procrastinar está de moda
La procrastinación, o procrastinar, un término aún no reconocido por la Real Academia Española, se utiliza para indicar la práctica de demorar, retardar o posponer algo. Un hábito cada vez más recurrente en nuestra sociedad plegada de quehaceres y contratiempos cotidianos.
“El dejar pendientes probablemente me perjudica directamente de alguna manera a mí y a otros, por ejemplo, si esta actitud incrementa una deuda o no me permite un acercamiento con una persona querida”, dice el especialista.
Estudios recientes aseguran que el procrastinar se debe en parte, a que el cerebro prioriza las actividades asociadas al placer y deja subordinadas el resto. Por ello, para evitar posponer aquella conversación incómoda con un familiar o pagar una deuda, la persona debe comprender que tras la realización de esas tareas también habrá satisfacción personal y crecimiento, además de reducirá el estrés.
A poco más de una semana para que culmine el año, estas son las deudas emocionales que no debes dejar pendientes para el 2018:
-La deuda impagable que tienes con tus padres, de abrazos pendientes.
-La deuda que tienen los padres al decir que están orgullosos de sus hijos.
-La deuda de besos que tienes con el amor de tu vida.
-La deuda de paseos y juegos pendientes con tus mascotas.
-La deuda del reencuentro con ese amigo que se fue al extranjero.
Redacción Cubanos Por El Mundo
