El traslado de los trámites migratorios de EEUU a su embajada en Colombia, le complicó la vida a muchas familias cubanas. Tal es el caso de Yasgeily Rodríguez, quien lucha desde su residencia en Miami para sacar a su hija Ashley de Cuba, que se quedó desde hace año y medio con sus abuelos bajo la promesa de reencontrarse nuevamente con su madre. Ahora, deben viajar a Bogotá a tramitar las visas, en un traslado que estiman gastar no menos de 4.000 dólares.
Según reseña de Telemundo, Ashley tenía su cita programada al cierre de la embajada estadounidense en La Habana, lo que hizo que su entrevista fuera trasladada al consulado estadounidense en Bogotá. Ahora el trámite original, que sólo era buscando una visa de inmigrante a EEUU, incluye la solicitud de visa de turista a Colombia, exigido para poder ingresar a ese país durante su trámite migratorio.
El reto se hizo más difícil debido a que ambos padres de la menor están fuera de Cuba. Su madre, residenciada en Miami y su padre, en Italia. Una complejidad presente en muchos casos en la Isla, donde los relatos no paran en cualquier plaza o calle. Para solicitar la visa de turista el progenitor había redactado un poder autorizando el trámite migratorio pero el documento fue rechazado por el consulado colombiano de la habana.
Traslados costosos
La cubana Yasgeily actualmente está casada con un ciudadano americano, lo que le permitió solicitar la visa de inmigrante para la niña. Es una oportunidad de oro que cualquiera añora en Cuba, sin embargo, los obstáculos para concretar esa meta apenas comienzan.
Al monto del viaje a Colombia por 20 días, suma que aunque es residente de EEUU tendrá que pedir visa para viajar a Colombia, en cuyo trámite se exige una solvencia económica de 2.000 por solicitante, en este caso serían 4.000 sí va con su hija.
Aunado a eso, Rodríguez irá a Cuba diez días antes de la fecha de la entrevista en Colombia para poder recaudar cada requisito y hacer todos los trámites de acuerdo a lo establecido por la embajada de Colombia, y entonces así sacar la visa de turista a ese país, tanto de la niña como la de ella. Una vez cumplidos estos pasos, deberá entonces, tras ruegos y súplicas a la divinidad, tramitar la visa de inmigrante con el más firme anhelo de llevarse a su pequeña a Miami, para emprender un nuevo comienzo juntas, alejadas de los sinsabores de la dictadura castrista.
Redacción Cubanos Por El Mundo
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