Más oscuridad y menos comida. En un país donde comer preocupa, tener un arbolito de Navidad resulta un verdadero lujo. Sí no hay para un estreno, mucho menos para adornos navideños. Es la triste realidad de muchas familias en Cuba que aunque se resisten a perder las tradiciones, cada año la escasez y los altos costos golpean con más fuerza sus bolsillos.
Según una reseña de América Te Ve, desde hace varios años la familia cubana ha tachado de su lista de prioridades las luces, las bambalinas, las guirnaldas y los nacimientos tradicionales, para sólo dejar los alimentos más importantes, y uno que otro, para amenizar la cena de fin de año.
Ovidio Martínez, siempre ha festejado la época, aunque asegura que “por una serie de cosas todo eso se ha disminuido”.
Altos costos
El salario promedio de los cubanos ronda los 30 dólares mensuales. Muchos se rebuscan como cuentapropistas, ya sea legal o ilegalmente, para mejorar un poco sus condiciones de vida. Quienes dependen de su pensión o de la ayuda del régimen ni piensan en comprar un pezado de cerdo para Navidad.
Una pierna de cerdo en la Isla cuesta unos 20 CUC, casi los 30 dólares que percibe un cubano al mes. Un arbolito es impagable para la mayoría de los isleños, que siguen desempolvando los viejos sí es que tienen luces que aún funcionen o tengan reparación. Las calles son el franco reflejo de esta realidad.
Tradición a pique
“Hace muchos años que celebramos la Navidad en familia, hacemos la cena dentro de lo que nos permiten nuestros recursos”, explica otra vecina Estela Beltrán.
Desde el año 1968 hasta 1998, en la Isla estaba prohibido celebrar la Navidad. Hace 20 años, el régimen decretó el 25 de diciembre como día festivo, dando luz verde a las celebraciones. Desde entonces no se ha realizado ningún algún acto oficial y público alusivo a las fechas decembrinas.
Rosario Ariosa, residente en La Habana, disfruta celebrar las navidades. “Uno hacía todo lo que decía la revolución y por eso no se podía celebrar las navidades. Ya después que se aprobaron si me gusta poner mi arbolito, cenar el 24 y el 31 esperar mi nuevo año”.
Redacción Cubanos Por El Mundo
