Tras dos años de ligero progreso en la economía cubana, producto en buena medida, del deshielo en las relaciones con Estados Unidos durante el gobierno de Barak Obama; el pueblo cubano encaró durante 2017 situaciones que empeoraron su ya triste situación, según reporte de El Nuevo Herald.
Esas situaciones son la llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU, el huracán Irma y el desastre económico por el que pasa su principal aliado: Venezuela. Con todo eso y con la postergada salida del poder de Raúl Castro, Cuba recibe el 2018 debatiéndose entre la inconformidad y la resignación.
Incumplimiento
Dicen que la palabra es lo único que le queda al pobre, pero al parecer Raúl Castro, o no es pobre o no tiene palabra. Y es que el sucesor de Fidel anunció al país que en febrero de 2018 entregaría el poder, pero recientemente postergó la fecha para el 19 de abril de 2018, dando paso a que otro presidente sin el apellido Castro dirija la Isla.
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El nombre de Miguel Díaz Canel, actual vicepresidente primero e ingeniero informático de 57 años, es el que ha trascendido en los medios estatales durante los últimos meses, para que asuma la presidencia, luego de un proceso electoral en el cual por primera vez, independientes intentaron postular candidatos infructuosamente.
Situaciones
El PIB cubano repuntó un tímido 1,6 por ciento en 2017, pero el régimen ya está preparando a la agente para que no espere muchos avances en el 2018, puesto que a pesar de que Raúl Castro ha implementado ligeras reformas económicas para “actualizar el modelo socialista”, la profundización de la crisis venezolana trae como consecuencia la disminución de los envíos de petróleo subsidiado de ese país a la isla.
Por otro lado la llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos, le dio un golpe de timón a los acuerdos que se habían adelantaron con Obama. Entre las consecuencias de ese revés, se encuentra la prohibición de que los estadounidenses hagan negocios con empresas vinculadas los militares cubanos y la restricción de los viajes a Cuba.
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El régimen cubano por su parte declaró que estaba dispuesto a seguir cooperando con Washington siempre que se hiciera “desde el respeto y la no injerencia en asuntos internos”, pero más de 20 diplomáticos estadounidenses en Cuba sufrieron unos supuestos ataques acústicos que afectaron su salud, provocando la evacuación de personal estadounidense en su embajada a lo que Cuba respondió con lo misma medida.
¡Lo que faltaba!
Cuando ya se creía que no podía haber más retroceso, en septiembre, el poderoso huracán Irma acabó con todo a su paso en el litoral norte de Cuba dejando 10 muertos y 13 mil millones de dólares en pérdidas. Muchos hoteles fueron devastados trastocando la segunda mayor fuente de ingresos del país: el turismo.
Iniciativas gubernamentales lograron salvar la temporada superando ya el récord de visitantes del 2016 y espera cerrar 2017 con más de 4,7 millones de viajeros. Pero el accidente conllevó a impagos a proveedores de la industria no hotelera, lo que ha provocado problemas que la población tenga que soportar más desabastecimiento de medicamentos y combustible.
Para el ciudadano
Después de dos años avanzando en materia de producción de emprendedores, el régimen decidió que para “perfeccionar” el sistema de trabajos por cuenta propia ante el surgimiento de ilegalidades, había que paralizar el otorgamiento de las licencias más buscadas por los cubanos: las de restaurantes privados, alquiler de habitaciones o profesores particulares.
Tímidamente el “cuentapropismo” había avanzado como una esperanza para más de 580 mil trabajadores, pero el régimen que parece que eso es mucho crecimiento.
Redacción Cubanos por el Mundo
