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Jóvenes cubanos sienten que trabajar para el Estado es “pérdida de tiempo”

Se sienten llenos de fuerza y motivados a vivir mejor pero no a ser esclavos

Jóvenes trabajadores del comercio informal/Captura de pantalla

El Estado no paga y sí lo hace, eso “no alcanza para un par de chancletas”, aseguran los jóvenes en la Isla. Muchos crecieron siendo testigos de la lucha de sus padres por el pan y en medio de carencias infantiles. Se sienten llenos de fuerza y motivados a vivir mejor, pero no a ser esclavos. De allí su irreverencia a un régimen que explota a sus trabajadores toda una vida, sin que valga la pena. Los jóvenes confiesan sus razones para ni pensar en un empleo estatal.

“Yo soy joven y quiero trabajar pero no por los 300 y pico de pesos que te paga el Estado al mes, con eso no hago nada. Tengo mujer y dos hijos, uno viene en camino. Me va mejor de mi cuenta porque el Estado te exige y te exige y no te da las condiciones”, confiesa un muchacho de 25 años, que se dedica al oficio de carretillero en La Habana.

El joven asegura que trabajando de forma particular obtiene mejores ingresos, además de no lidiar con los descuentos que hacen en los empleos estatales por faltar un día.

“Un día que deje de trabajar en el público son 10 pesos que me descuentan, mientras que en el trabajo particular no pasa nada. Por eso, sigo de carretillero o ambulancia, me va mejor”.

Otros testimonios

La mayoría coincide en que los salarios en las instancias públicas no satisfacen las necesidades más básicas de los trabajadores, sobretodo de aquellos que tienen familia que sostener. Mientras que los solteros y sin hijos, tampoco pueden cubrir más que comida, y tampoco alcanza.

“El sueldo que paga el Estado no alcanza ni para un “pullover” y con qué comemos?”, dice un muchacho, mientras otro remata diciendo “Los muchachos no quieren trabajarle al gobierno porque no pagan lo que tienen que pagar en este país chico”.

Uno de los consultados asegura que aunque lo intentó, aceptando un empleo como guardia hace poco, los números no le dieron para saldar los gastos que requieren sus dos hijos. Otro joven se formó como carpintero, pero trabaja como carretillero, vendiendo plátanos en una calle de la Habana Vieja.

“Y así como yo hay unos cuántos que no ejercen su oficio. Es mejor a trabajar un mes para ganarte 250 pesos que no te alcanzan para nada, sí te compras un pullover, no te compras zapatos; sí te compras camisa no te compras chancletas, esto aquí está duro”.

Futuro incierto

Mientras se caminan las calles del comercio informal en cualquier provincia de Cuba se encuentran los mismos relatos, una y otra vez. Los jóvenes no encuentran motivos, no los estimulan, “no les dan para pagar ni un par de chancletas”.

“Cansados es lo que estamos de este país, muy cansados”, confiesa molesto un joven.

Al final del recorrido un cubano asegura que en esa búsqueda de bienestar y ante el estímulo del régimen, muchos jóvenes están robando, estafando, arrebatando cadenas, mientras que otros se pudren en la prisión, una realidad que pica y se extiende junto a la pobreza cubana.

Redacción Cubanos Por El Mundo

Written by Karelis García

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