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El comunismo mata lentamente al municipio Manzanillo

El lugar con vocación pesquera, industrial y textil, fue arrasado por las casi seis décadas de comunismo, fenómeno que no falla en dejar a los pueblos sin esperanzas y a los hombres sin empleos

Manzanillo es hoy un "municipio que muere". Foto: Captura de pantalla
Manzanillo es hoy un "municipio que muere". Foto: Captura de pantalla

No es un fenómeno climático o geográfico lo que afectó al municipio Manzanillo situado en la zona costera del Golfo del Guacanayabo, provincia Granma. El lugar con vocación pesquera, industrial y textil, fue arrasado por las casi seis décadas de comunismo, fenómeno que no falla en dejar a los pueblos sin esperanzas y a los hombres sin empleos.

Manzanillo es hoy un “municipio que muere”, según Santiago Emilio Márquez Frías, colaborador de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, según reseña de Martí Noticias.

El comunismo destruyó y desmanteló las fábricas y edificios, para sustituirlas por construcciones superficiales de rápida elaboración que en pocos meses se quedan sin pintura y cuya fachada se empieza a caer a pedazos.

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La limpieza, higiene, los comercios y letreros lumínicos que lucía Manzanillo antes del año 59, quedaron en el recuerdo. “Se han derrumbado construcciones arquitectónicas entre ellas: el Edificio de Caymarí, donde han desaparecido todas las bellezas coloniales de sus estructuras, perdiendo la ciudad vistosas obras que contemplar”, lamenta Márquez Frías.

Cultura e idiosincrasia

Manzanillo se vestía de alegría en Diciembre, cuando se le conmemoraba el nacimiento de Cristo en un bello pesebre en Belén.

“El parque Céspedes le daba la bienvenida cada noche a las familias, amigos o al visitante para hacer tertulia, caminar, conversar o escuchar una buena música; un cercano teatro los invitaba a disfrutar de los espectáculos que ofrecían, dignos de cualquier ciudad”, recuerda Márquez Frías.

“Un enorme aserrío situado en la Avenida Primero de Mayo, le daba al lugar cuando llovía un olor a madera húmeda y según cuentan algunos fanfarroneaban, porque sus troncos le recordaban la existencia de bosques cercanos, pero la hechicería socialista los desapareció”, señala Márquez Frías.

Industria y pesca

La varita mágica de la dictadura disolvió una fábrica de hielo que alzaba gruesos paneles el malecón. Muchas veces, con el trabajo diario, se salpicaba a los presentes en con goticas de agua que a veces el sol iluminaba reflejando diversos colores. Ahora es un vertedero de basura que contamina el medio ambiente.

El mismo final obtuvo la fábrica textil de guayaberas situada en la calle Doce de Agosto, cuyo trabajo exponía a un constante ruido de las maquinas de cocer y planchar.

Sierras y camarones, entre otros productos de la pesca se conseguían en la comunidad en el Golfo del Guacanayabo, ahora son todas prohibidas para el consumo de la población, pero no para el turismo.

“La Empresa Embotelladora de Refrescos situada en El Recreo fue tocada también por ese encantamiento que destruye lo que está hecho, y ahora pasó a la elaboración de un sirope de mala calidad en particular para la gastronomía y la población” cuenta Márquez Frías.

El colaborador de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios concluye en que si no existe un cambio político en el país, a las futuras generaciones les espera ver lentamente como Manzanillo ubicado en la provincia Granma languidece día a día.

Redacción Cubanos por el Mundo

Written by Dayana Fernández

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