Ella no estaba obligada. Se prostituía porque su esposo no le da dinero para su hijo de nueve años. Encontró un anuncio de un proxeneta, un hombre que siempre está armado y en posesión de cocaína, y le autorizó a que cuadrara citas sexuales para ella. A cambio, ella le paga una comisión. Es ilegal, explican los oficiales, pero no arrestan a la cubana.
Esa cubana estaba dispuesta a prostituirse. Muy avergonzada, intenta ser una buena madre. Su plan es volver a Cuba. Se encontró en medio de una de las operaciones antitrata de personas del 2017 en Canadá, donde se rescataron a 15 mujeres y niñas del comercio sexual. La más joven de 14 años, según reporte de la cadena canadiense CBC.
Sobre este caso el Gobierno cubano reveló que, en los últimos años, ha procesado personas que han logrado comunicarse con sus familiares en Cuba y han sido rescatadas.
Situación
Fue en una habitación de hotel, en un lugar privilegiado para la compra y venta de sexo con mujeres en Londres una ciudad al suroeste de Ontario, Canadá. Justo al lado de la autopista 401, donde los oficiales del Proyecto Solsticio de la Policía de Londres, que se encarga de luchar contra la trata de personas, citaron a la cubana a través de la web en la que ofrece el trabajo sexual.
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No citan a cualquier mujer, sólo se enfocan en las mujeres que arrojan señales de que están siendo sometidas en una red. Buscan mujeres muy jóvenes que están marcadas de alguna manera como con un tatuaje o tienen pocas restricciones sobre el trabajo sexual que ofrecen. La cubana cumplía con las características y el proceso para la cita fue fácil.
Envían un mensaje de texto al número de teléfono celular que aparece en el anuncio y consiguen un encuentro con ella. Tuvieron que esperar en una habitación conjunta durante una hora y media, mientras la cubana recibió a tres hombres.
Finalmente llega la hora del encuentro pactado y los policías irrumpen en la habitación del hotel. Encuentran a la cubana pero no hay ningún proxeneta. Se comunican con ella a través de Google Translate, porque no usan el mismo idioma. Ella declara que no está siendo traficada.
“Creo que la parte más valiosa es el contacto que haces con el trabajador sexual. Intentas mantener una conversación positiva con esa persona, que tenga claro que no estás juzgando, no pensamos en lo que haces. Estamos aquí por si necesitas ayuda”, explica un policía.
Los oficiales repasan con ella consejos de seguridad para las trabajadoras sexuales: qué hacer en caso de asalto sexual o robo, por ejemplo.
“Le daremos consejos, le diremos que si necesita ayuda, podemos ayudarla. La realidad es que este es un negocio peligroso. Queremos que el comercio sexual sea un lugar más seguro”, aseguran los policías.
En general
Maria Grazia Giammarinaro, relatora especial de la ONU, visitó Cuba en abril pasado y sostuvo que el Gobierno cubano debe introducir una nueva legislación que garantice que todas las víctimas de la trata de personas puedan ser identificadas y ayudadas, y que las autoridades puedan tomar medidas contra los delincuentes.
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Para finales de 2015 mules de cubanas y cubanos fueron atrapados en como Ecuador, Colombia, Costa Rica y México, perdieron todo su dinero durante el viaje y quedaron expuestas a la trata y explotación como resultado.
Destacó que hay casos de mujeres jóvenes que querían trabajar temporalmente en el extranjero, con contratos firmados aparentemente legales, pero que en su destino fueron retenidos sus pasaportes y se encontraron en manos de bandas criminales decididas a explotarlas.
Los casos en donde logran salvarse son muy pocos en comparación con un alto número de emigrantes en apuros que denuncian el desinterés que muestra los diplomáticos del régimen por sus casos.
En junio pasado la Policía de Turquía liberó a 40 cubanas que trabajaban como esclavas sexuales en Ankara y eso es poco en comparación con los miles de migrantes cubanos en países de América Latina y de camino a EEUU que continúan a merced de traficantes.
Redacción Cubanos por el Mundo
