El 2017 fue un año oscuro para Cuba en cuanto al tema de las viviendas. El régimen se concentró más en expandir su emporio hotelero que en resolver la grave crisis que enfrentan las familias cubanas, acumulando un déficit de 883 mil 50 faltantes, cifra que fue revelado por la revista oficial Temas.
Según datos del extinto Instituto Nacional de la Vivienda, Cuba maneja un fondo de viviendas de cuatro millones, pero ni con este monto logró solventar la falta de inmuebles que impera en la Isla.
La capital tiene una situación todavía más difícil: sobre un fondo existente de unas 700 mil, se calcula un déficit que ya supera las 200 mil.
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Para la publicación, “las perspectivas no son halagüeñas”, teniendo en cuenta que “hace diez años se construían todavía unas 50 mil viviendas anuales” y actualmente solo unas 20 mil
Para colmo solo la mitad de esta última cifra es asumida por el Estado. La responsabilidad de levantar esa otra mitad es de las familias, quienes no tienen acceso a los materiales bien sea por la escasez o el precio elevado.
A ello se suma que este año el huracán Irma derrumbó unas 30 mil viviendas, se llevó 25 mil techos y afectó de una forma u otra unas 160 mil casas.
En la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, las autoridades admitieron que del total de daños al fondo habitacional provocado por el meteoro solo el 22% había sido solucionado.
El medio dice que “desde 1959 deben haberse construido más de 2.000.000 de unidades habitacionales”, pero lo cierto es que el régimen de La Habana ha incumplido sus planes invariablemente tanto en materia de nuevas construcciones como de restauración.
Demanda poblacional
Otro de los factores que destaca la revistas es el incremento de la demanda población, que aumentó de siete millones 700 mi habitantes a 11 millones 200 mil.
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Al ver estos números, el régimen optó por deshacerse con parte de la responsabilidad, ya que recordemos que los cubanos no son dueños de sus viviendas, todas las tierras son del Estado cubano.
“hemos pasado a una situación en la que la población es mayoritariamente propietaria de su vivienda, utilizándola no solo como residencia sino como fuente de ingresos o lugar de trabajo, el Estado solo construye para algunos grupos sociales priorizados y las familias son las responsables de construir su vivienda”, dice parte de la publicación.
La revista oficialista exhorta a los cubanos a no esperar por la solución del régimen, sino que construyan y reacondicionen sus hogares de manera independiente con los pocos materiales que hay.
“Este enfoque castiga particularmente a la capital del país que no solo está recibiendo un 10% del plan nacional de construcción de vivienda aunque alberga a un 20% de la población, sino que impide un eficaz enfrentamiento a las acumuladas carencias de rehabilitación y que se expresa trágicamente en los frecuentes derrumbes de edificios”, sostiene.
Redacción Cubanos por el Mundo
