Labor de los maestros se deteriora por las migajas que reciben del régimen

Al menos quienes tienen hijos en las escuelas primaria o secundaria conocen el problema. La labor de los maestros cubanos vienen en caída desde hace años, y comienza a ser muy evidente. Las señales están a la vista de quien quiera verlas. Incumplimiento de los horarios diarios, reducidos casi a la mitad; retrasos en el inicio de clases luego de las vacaciones y mayor escasez de personal docente, son algunas de ellas.

Según el análisis del escritor Orlando Freire Santana, para Cubanet, las deficiencias constructivas de muchas escuelas, así como los insuficientes salarios que perciben los maestros y profesores para encarar la carestía de la vida, figuran entre las principales desmotivaciones del gremio.

“En el artículo “¿Cuestión de época o de responsabilidad?”, aparecido en Granma el pasado 10 de enero, se daba informó que varios centros educacionales de la capital, violando la disposición de la Dirección Provincial de Educación para iniciar clases el 3 de enero, rechazaron a los estudiantes en esa fecha, y les comunicaron que no se presentaran en las escuelas hasta el 8 de enero”.

Freire explicó que en algunas de las escuelas sus directivos alegaron que una parte importante de su nómina docente son de las provincias orientales, por lo que en esa fecha aún no habían regresado a La Habana después de disfrutar las fiestas de fin de año.

Menos clases

Menos motivación, menos trabajo. Eso es lo que parece sucederles a los maestros en la mayoría de las escuelas nacionales. Esto ha incidido en la reducción improvisada de las horas de clases en muchos centros, en los que el poco estímulo laboral, sumerge al oficio en un desdén peligroso, signado por la apatía y las lógicas preocupaciones que agobian a quienes sobreviven con míseros sueldos.

“La situación de muchos estudiantes de la enseñanza media, y hasta de los grados superiores de la primaria, que ya al mediodía deambulan por las calles, a pesar de la directiva del Ministerio de Educación que exige la doble sesión y la permanencia de los educandos en sus escuelas hasta las cuatro y treinta de la tarde” señala Freire.

El escritor añade que se ha vuelto frecuente las vacaciones adelantadas en las escuelas. Aunque los alumnos deben estar en clases hasta mediados de julio, los docentes terminan en junio, por lo que mandan a los estudiantes para sus casas y les dicen que vayan únicamente a las escuelas los días de exámenes.

Sin razones

El sin sentido va ganando terreno entre quienes ejercen la importante labor de enseñar en Cuba. El sin sentido de madrugar cada mañana, de continuar esforzándose pese a sus muchos años de servicio mal remunerados, el sin sentido de no tener ninguna mejora de vida, sólo más cargas e incomodidades durante el trabajo. No tiene sentido.

“Esto genera el éxodo de maestros hacia otros sectores de la economía en busca de mejores salarios y adecuadas condiciones de trabajo, y a su vez, ocasiona que los educadores que quedan en el sector de educación han visto aumentada su carga docente”.

Es cuestión de tiempo, el conteo regresivo comenzó. La voluntad de los maestros hacía su trabajo ha sido mermada y abusada, una verdadera hazaña tomando en cuenta la mística y entrega que suele acompañar a quienes aman la docencia. Una hazaña que el régimen está realizando muy bien.

Redacción Cubanos Por El Mundo