Edelino Arias tiene 90 años pero los recuerdos de su lucha como guerrillero saltan de manera inmediata cuando se le pregunta cómo fue estar en la Sierra Maestra junto a Fidel Castro.
Emocionado, el hombre comienza a rememorar, detalle a detalle, cómo fue que los barbudos subieron a la montaña y luego bajaron para derrocar a Fulgencio Batista.
Sin embargo, conforme cuenta su historia, se va llenando de frustración. Haber dado su vida por la revolución no le sirvió de mucho, ya que en el ocaso de su humanidad, él se siente arrepentido pues “la revolución fue un engaño”.
“Nos pusieron una película china comunista, y decía que así teníamos que hacer nosotros, eso fue un engaño para nosotros, eso fue un engaño, eso fue una traición que le hicieron a todos los rebeldes, de la revolución yo no espero casi nada”.
Tras su lucha, Arias decidió optar por una licenciatura en 1961 y luego “trabajé como un animal día y noche pero por eso “la revolución” yo no voy a ningún lado”.
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Recuerda que cuando Fidel llegó al poder, el negocio de su difunto padre fue expropiado, a pesar de que este contribuyó con la causa rebelde y enviaba suministros a la Sierra Maestra.
“Mi padre tenía comercios desde los 18 años hasta que vino Fidel y se los quitó a la edad de 88 años. Papá aportó para la Sierra lo que usted no es capaz de considerar”.
El Che, un engaño
A hablar de Ernesto “El Che” Guevara, Edelino asegura que no es un hombre a quien se le deba idolatrar ni mucho menos considerar un héroe.
“La figura del Ché yo nunca simpaticé con él”, recuerda “a diferencia de Camilo (Cienfuegos), él si era un hombre humilde y de valores”.
Redacción Cubanos por el Mundo
