El papa Francisco predicó en defensa de la Amazonia y sus pueblos, frente a representantes de cientos de comunidades de Perú, Bolivia y Brasil, en su estadía en Puerto Maldonado. Luego comunidades nativas se reunieron con el papa Francisco en el coliseo de Madre de Dios para dialogar sobre las problemáticas que más aquejan a la Amazonía.
Súplicas
Yésica Patiachi, representante de las etnias, le pidió al Papa que los defendiera, según reseña El Comercio.
“Hoy estamos vivos y seguimos resistiendo, el espíritu de nuestros antepasados nos acompaña. Les pedimos que nos defienda”, aseguró Patiachi.
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Destacó que no pueden permitir que sus tradiciones sean borradas. “No queremos olvidarnos de nuestra sabiduría, queremos que nuestros hijos tengan acceso, pero no queremos que la escuela borre nuestras tradiciones, nuestras lenguas. Queremos que nuestros hijos se eduquen para que no sean discriminados”, finalizó.
Lucha
De la jornada del pontífice en esta zona destaca un breve contacto con el líder indígena peruano Santiago Manuin, sobreviviente de la larga lucha en defensa de la jungla suramericana.
Manuin, quien es dirigente de la aguerrida etnia awajún, ubicada al norte de la selva peruana colindante con Ecuador, subió al estrado desde donde predicó el Papa y le puso la toca y las dos bandas de coloridas plumas cruzadas en el pecho y la espalda, según reseña Cuba Sí.
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Luego de recibir la bendición papal, Manuin intercambió algunas palabras, seguramente referidas a la lucha que encabeza en esa zona liderada por las mafias detrás de la fiebre del oro.
Manuin lleva las secuelas de su lucha en su cuerpo. Está obligado a desplazarse en silla de ruedas luego de recibir ocho balazos de fusil en los sucesos de Bagua del 5 de junio de 2009. A raíz de ese suceso le fue amputada una pierna.
“El Baguazo”
Meses antes del 5 de junio de 2009 los nativos apoyaron a la Asociación Interétnica de la Selva Peruana (Aidesep), para iniciar una protesta que se extendió a casi toda la Amazonía bloqueando incluso uno de los puentes para su acceso.
La demanda de los indígenas era el respeto al derecho que tenían de ser consultados antes de iniciar proyectos económicos en sus territorios ancestrales, cosa que era negado por el gobierno de Alán García.
Una orden cambió las circunstancias. La policía despejó por la fuerza el puente en un enfrentamiento en el que murieron diez civiles y más de 20 policías, cerca de la ciudad noramazónica de Bagua, de allí que se llame a este suceso “El Baguazo”.
Redacción Cubanos por el Mundo