Mike Pence, vicepresidente de EEUU, anunció este lunes desde el Parlamento israelí (Knéset) el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén “antes del final del año que viene”. El estadounidense aseguró que el presidente estadounidense Donald Trump “hizo historia el mes pasado por el bien de la paz”, en medio de una boicoteada declaración por parte de diputados árabes israelíes. Según EFE.
“Jerusalén es la capital de Israel y como tal Trump ha dado indicaciones al Departamento de Estado para empezar las preparaciones del traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Al anunciar esta decisión sobre Jerusalén, el presidente pide a todas las partes que se mantenga el ‘statu quo’ sobre los lugares sagrados”, señaló.
Un grupo de diputados de la tercera fuerza de mayoría árabe atacaron la intervención de Pence. En el lugar levantaron una pancarta con la fotografía de la conocida Cúpula de la Roca, en la Ciudad Vieja, con la frase “Jerusalén capital de Palestina”, por lo que fueron expulsados del recinto.
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“Como dejó claro Trump, EEUU no tiene intención de tomar posiciones sobre ningún asunto final, incluyendo las fronteras concretas de la soberanía israelí en Jerusalén o la resolución de fronteras en disputa”, recalcó el vicepresidente.
Reacciones
Desde el pasado 6 de diciembre, Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel y anunció el futuro traslado de la embajada desde Tel Aviv a la Ciudad Santa, donde ningún país tiene su legación diplomática.
Tras asumir esa posición, el liderazgo palestino rechazó a EEUU como mediador del conflicto por la Ciudad Santa, negándose a reunirse con la actual administración del gabinete de Donald Trump.
Mientras que del lado israelí, el Parlamento aprobó a principio de enero una ley que busca dificultar una posible división de Jerusalén, en la que para ceder cualquier parte de su territorio se necesitaría la aprobación de al menos 80 de los 120 diputados de la cámara. La medida se anticipa a cualquier negociación de paz que pudiera darse con Palestina ante el conflicto por la Ciudad Santa.
Antes de esta norma, se requerían 61 votos para ceder cualquier parte del territorio de la Ciudad Santa a terceros países. Sin embargo, desde esta madrugada la Knéset elevó la exigencia mínima a 80 votos. La propia ley en sí puede ser derogada con una mayoría simple, lo que la convierte en un texto en gran medida simbólico.
Redacción Cubanos Por El Mundo