Leodán Suárez Quiñones es un transexual y activista LGBTI en Cuba que además porta el virus del VIH desde el año 2012. El joven de 25 años afirma que el trato recibido por los médicos cubanos no es el adecuado, ya que a su juicio lo ponen a sufrir y no le dan el tratamiento que necesita.
De acuerdo con Diario de Cuba. la salud del activista se deteriora progresivamente producto de su enfermedad. En varias ocasiones ha tenido que ser operado en el municipio pinareño de San Juan y Martínez, pero los galenos no saben como detener un sangrado rectal que lo tiene sufriendo.
El activista, también miembro del grupo opositor Cuba Independiente y Democrática, desconfía del tratamiento recibido. Considera que los médicos no han hecho bien su trabajo y los acusa de permitir que sufra dolor durante y después de las operaciones.
“Sentí un dolor intenso y comencé a gritar. Me taparon la boca a la fuerza y el médico me dijo que todo eso era normal, pero a otras personas con VIH nada de eso les pasa”, relata.
Indicó además que el tratamiento de medicamentos hizo que la carga viral disminuyera, afirmando que su sistema inmunológico “está muy deprimido”.
“Tampoco el tratamiento con medicamentos ha hecho que disminuya la carga viral, la cual debe estar en mi caso en 1.000 copias y en estos momentos está en 30.000 copias, muy por encima de lo normal. Mi sistema inmunológico está muy deprimido”, agrega.
Desde muy pequeño, este jove es víctima de la discriminación por parte de su propia familia y la socoedad.
“Me tuve que ir de mi casa a los 14 años porque toda mi familia me rechazaba. He llegado a dormir en la calle. Sufrí burlas constantes en la escuela. Siempre me decían en los actos del régimen que no podía participar solo por ser ‘amanerado’. Vivo en un pueblo de campo donde los prejuicios y el desconocimiento de lo que significa ser trans es total”.
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Su lucha
Pero esto sólo sirvió para darle valor e iniciar una lucha en favor de los discriminados en la Isla comunista.
“En 2012 creé el proyecto Luz de Vida, que tiene como principal objetivo educar a la comunidad gay sobre las personas seropositivas”.
El joven se trasladaba a zonas rurales apartadas y les otorgaba material audivisual, condones y lubricantes para ir creando conciencia.
“Llegó un momento en que muchos gays ya venían a mí y me pedían ayuda y asesoramiento sobre cómo conducir sus relaciones. Llegué a reunir más de 30 personas para ver películas sobre transexuales”, dice.
Gracias a la gestión de un amigo, Suárez Quiñones se encuentra actualmente ingresado en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y, aunque afirma que “no puede sentirse seguro totalmente”, tiene fe en poder recuperarse y no volver a un salón de operaciones.
“Aquellos que tienen un sueño no dejen de luchar por él. Manifiesten su yo interno sin complejos”, pide. Pero “protéjanse porque el sida es una enfermedad terrible que no tiene rostro”, concluye.
Redacción Cubanos por el Mundo