Gabriella Peyton Green, niña de 12 años y estudiante de la Escuela Secundaria Surfside, es la segunda víctima de ciberacoso en Panama City Beach, en Florida. La primera fue Rebecca Ann Sedwick, de 12 años, quien saltó al vacío tras sufrir ataques a través de las redes sociales por más de año y medio.
El acoso a Gabriella Peyton Green empezó apenas se mudaron a la ciudad en octubre de 2016 y fue aumentando en cantidad y agresividad hasta llegar a alentar a la niña al suicidio.
Las cuentas en redes sociales y las imágenes en sus celulares delataron a las dos sospechosas de acoso, quienes luego confesaron sus acciones reconociendo que lo hacían “sabiendo que dicha conducta llevaría a angustia emocional”.
Tanya y Shane Green, los padres de la víctima, comentaron que Gabriella, había sido suspendida 10 días por una pelea en el baño, pero a pesar de que no estaba yendo a la escuela, seguía recibiendo mensajes por correo, Instagram y Snapchat, según reseña The News Herald.
Por todo esto culpan también a los funcionarios y a los maestros de la escuela, por no abordar adecuadamente las quejas acerca de los estudiantes que acosaron a su hija.
Señales
Gabriella durante los días que estuvo castigada cambió su manera de comportarse.
“Escuchaba su música muy alto las últimas noches, algo que nunca hizo; faltó a la iglesia el domingo, y cuando acompañó a su padre a la tienda, expresó que aquello era una pérdida de dinero”, aseguró Green.
Antes del castigo ya Gabriella no era la misma. Su actitud en clases cambió y llegó a comportarse de forma autodestructiva como lo califican algunos de los docentes. Ella recibió varias suspensiones por infracciones como masticar chicle, causar distracciones en el aula, saltarse clases. En febrero del año pasado la menor fue tratada por amenaza de suicidio
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Shane Green dijo que acudió a la administración con quejas de acoso escolar y pidió ayuda, pero no se hizo nada. Unos días antes de que se quitara la vida, la familia había tomado la decisión de que la trasladarían a un centro privado.
Los Green han recibido numerosos mensajes de niños y adultos que también han sido amedrentados. Según confesó su madre, “… Gabriella ha conseguido que lo que nos queda de vida a mí y a mi esposo, la dediquemos a luchar contra el acoso”.
Redacción Cubanos por el Mundo
