Un viejo albergue en Villa Hermosa, en Santiago de Cuba, se cae a pedazos mientras las autoridades brillan por su ausencia. Al menos cinco familias viven en riesgo permanente de derrumbes, deben lidiar con la humedad debido a las grietas en paredes y a la falta de techo en algunas áreas. Los inspectores están al tanto, pero las soluciones no llegan.
“Vino el subdirector de Vivienda de aquí del distrito, hizo su recorrido, tomó fotos de los derrumbes, de los cuartos, de las condiciones, de la humedad que existía, pero nada”, asegura uno de los residentes del lugar en reporte de Martí Noticias.
A cada rato se caen pedazos de concreto o tejas, a veces del techo y otras de las paredes. Cada temporada de lluvias los inquilinos viven un suplicio al tener que lidiar con la entrada del agua a la vivienda, que corre por paredes y el piso, dañando lo poco que queda en pie.
“Primero se derrumbó una parte del techo, afortunadamente no cogió a nadie y cuando el huracán Sandy pasó, se terminó de derrumbar. Ahí queda otro pedacito que está aguantado de mi pared”, confiesa una de las mujeres de la residencia.
“Cuando se cayó el segundo techo mi niño acababa de pasar por ahí, venía del baño, por poco le cae encima” expresa preocupada una madre del albergue.
Sin opciones
La mayoría de las personas que viven en el lugar son damnificados de huracanes, quienes tienen más de 7 años viviendo en albergues ante la imposibilidad de pagar un alquiler. Son cinco las familias que viven hacinadas en la vieja edificación.
“Esto cada vez sólo ha ido empeorando y empeorando, el tejado se deterioró, y eso ha afectado las vigas de los demás cuartos. Las tejas francesas se han movido. Nos hemos quejado, hemos enviado cartas y cartas para La Habana y no se resuelve nada, de nada, de nada”.
La pobreza es tal, que sus residentes deben compartir un mismo baño, que además es pequeño y está en deplorables condiciones. El inodoro, por ejemplo, falta poco para que se convierta en una letrina. La suciedad impera, agravada por la falta de cooperación de quienes conviven.
Preocupación
Una de las madres asegura que la humedad que se concentra en la residencia está afectando la salud de sus hijos.
“Me siento mal porque mis niños se están enfermando, mi niña la última vez hubo que hacerles terapias, se puso malísima”.
Durante la lluvia el baño se inunda y se desbordan las aguas albañales. Sólo hay un tanque de agua, que no cuenta con el mantenimiento adecuado.
“Nadie se interesa por su limpieza, por taparlo ni nada. En ocasiones, cuando no hay agua la gente la toma directo”, señala un inquilino.
Recientemente, las autoridades le impuso una multa de 1.840 pesos al albergue porque el agua tenía larvas de mosquito, lo que indignó a los sancionados.
“Que ella (la funcionaria) me había explicado desde la primera vez que eran 1.500 pesos de multa, realmente yo me altere y todo. Si el agua tiene larvas aun después de haberla abatizado entiendo que es por la poca higiene y todos los focos que tiene ese albergue”, indicó una de las residentes.
Redacción Cubanos Por El Mundo