La misma Mariela Castro que aplaudió la venta estatal de comida a los damnificados de Irma en septiembre pasado, la que insulta a los periodistas con apodos como “moco pegao” y que ostenta el cargo directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), una función que nadie ve trascender en la sociedad cubana, es la misma que hoy asegura que en Cuba “no hay femicidios”.
“No tenemos femicidios […] porque Cuba no es un país violento”, declaró la hija menor de Raúl Castro, a medios de prensa argentinos. Según reseñó Martí Noticias.
La afirmación raya en lo vergonzoso e irresponsable, tratándose de una representante oficial que obvió incluso, los últimos datos oficiales divulgados por el Ministerio de Salud Pública del país, que aunque manipulados, desmienten por completo su alegre información.
Para rematar, Castro atribuye el supuesto logro como “un efecto de la revolución”, la misma revolución que cada domingo golpea salvajemente a decenas de disidentes del movimiento Damas de Blanco, durante su peregrinaje a las iglesias.
“Mariela miente y se le da muy bien, está en sus genes”, cuestionó la ex maestra Yalilis Izquierdo, vecina del barrio San Francisco de Paula. Su hija, de solo diecinueve años de edad, fue asesinada a cuchilladas por el novio en octubre de 2015.
Negando lo evidente
Según el Anuario Estadístico de Salud del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), en el bienio 2014-2015 un total de 293 mujeres cubanas fallecieron por agresiones, aunque el documento no detalló los tipos o el grado de violencia que provocaron las muertes.
A dos años de las cifras, basta con goglear un minuto para comprobar que Mariela Castro miente. Misleydis González García, de 47 años, fue apuñaleada frente a su hogar en Aguas Verdes el pasado 26 de diciembre por su expareja. Mientras que es en septiembre, otra mujer identificada como Amira Yinett Barrio Vidal, de 29 años, murió a manos de su expareja.
“Decir que en Cuba no hay feminicidio es como mínimo irrespetuoso y un espaldarazo al destino de sus congéneres que mueren de manera violenta”, añadió la exmaestra, quien también hizo referencia a las muertes de Amira Yinett Barrio Vidal, Misleydis González García y Leidy Laura Pacheco, asesinadas entre septiembre y diciembre últimos, dos de ellas a mano de sus ex esposos.
Mientras que otra voz femenina se suma para sentenciar la mentira de Castro. Lucía Corrales, escritora independiente y vecina del consejo popular Plaza, aseguró que:
“Con esas cínicas afirmaciones, además de negar la ocurrencia cada vez más frecuente de asesinatos de mujeres en la Isla, legitima totalmente a sus asesinos”.
Conclusiones
A Mariela Castro no le cuesta mentir, lo que le cuesta es articular argumentos mínimos para que las mentiras no sean tan notorias. Es notorio que la organización que preside no defiende a la comunidad LGTBI, como notorio es su desvinculación con el pueblo y hasta con su propio género. Lo único que defiende más allá de razones, es el poder de la cúpula que la mantiene a flote, cueste lo que cueste.
De allí que, la sangre derramada por las cubanas víctimas de la violencia de género, le resulte inexistente, invisible a sus prioridades. Las campañas sobre los derechos de las mujeres en Cuba sólo son una cortina con la que el régimen busca bien posicionarse ante la opinión de organizaciones internacionales que se prestan al teatro.
Castro Espín, de 55 años, también es miembro del parlamento desde febrero de 2013, pero a pesar de ello, aún no ha impulsado una legislatura en favor de los homosexuales, mucho menos en contra de los femicidios.
El cinismo es muy seductor para los “mocos pegaos” del mundo Mariela, hacer ese tipo de declaraciones en el exterior es una invitación a su curiosidad lógica. Fuera del sistema represor cubano, los reporteros y medios no tienen por qué callar ante los disparates que pretende vender la dictadura al mundo.
Redacción Cubanos Por El Mundo
