Una nueva violación de los Derechos Humanos es denunciada por un opositor cubano. En esta ocasión, por el activista Geordanis Muñoz Guerrero, miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), liberado la mañana de este miércoles en la localidad de Mella, Santiago de Cuba, luego cumplir año y medio de condena por negarse a pagar unas multas impuestas tras la aparición de varios grafitis contrarrevolucionarios. Según informó Martí Noticias.
Junto a su hermano, fue trasladado el 21 de octubre al Tribunal municipal para un juicio sumario en el que no tuvieron acceso a un abogado defensor y fueron condenados. Muñoz cumplió su condena en las prisiones Mar Verde, Boniato y La Caoba, donde relata que en una oportunidad fue golpeado por un funcionario de la Seguridad del Estado y el resto, por presos comunes integrantes del tenebroso Consejo de Reclusos.
“Me encerraron en un destacamento con puros reincidentes. Ese destacamento lo tienen allí para golpear a los opositores, yo no era el primero que iba a pasar por esa prueba” confiesa el activista, que fue sorprendido por la extrema medida, que fue apenas, su primera encarcelación.
Golpizas implacables
Otra golpiza le fue propinada en octubre del año 2016 por denunciar las graves condiciones médicas y de alimentación en la que conviven los reclusos. Un oficial de la Seguridad del Estado identificado como Dainier Suárez Pagán, desató su furia represora contra Muñoz, luego de que dos oficiales esposaron al opositor y lo colocaron de espaldas.
Las otras golpizas ocurrieron 13 y 21 de abril de 2017 en la prisión de Boniato, en la 5ta sección. Siete reos, integrantes del denominado Consejo de Reclusos, lo golpearon sin que mediara la intervención de las autoridades.
“Para nadie es un secreto que hoy en Cuba todo está predicho por ellos (la Seguridad). Ellos son los que mandan. La Seguridad del Estado volvió a mandar al del Consejo para que me volviera a agredir y esa fue la segunda golpiza, donde me fracturan una costilla, me hinchan un ojo…”.
Otras violaciones
El integrante de UNPACU asegura que no existe atención médica oportuna en las cárceles que visitó, donde no hay respeto alguno por la vida humana. A su macabra vivencia, suma la amarga experiencia de ver morir a otro recluso por falta de atención en la prisión de Mar verde, en diciembre de 2016.
“Un interno, cuando tiene que hacerse un tratamiento con un especialista por cualquier tipo de violencia, pasan meses, y posiblemente pasen años para que ese problema se resuelva, es a toda calma, cuando ellos (los que dirigen) entiendan. Lo bajan al puesto médico, a puro dolor, y lo inyectan con cualquier calmante por un dolor de muelas y eso sigue estirándose hasta que a veces los problemas se vuelven graves” cuenta Muñoz.
Desde su casa en Rancho Grande en Palma Soriano, el coordinador de la célula “Pedro Meurice Estiú”, de UNPACU declaró:
“Me siento orgulloso de salir de ese lugar, donde injustamente estuve por dieciocho meses”.
Redacción Cubanos Por El Mundo
