El cubano Orlando Fundora recibió las llaves de su propio apartamento en un primer piso, al oeste de Miami. Juntó a su esposa concedió una entrevista a Diario Las Américas.
El Departamento de Vivienda Pública y Desarrollo Comunitario de Miami-Dade hizo los esfuerzos pertinentes para reevaluar su situación y reubicarlo bajo el plan que él ya tenía concedido.
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Estamos sacando las cosas de la casa del storage. Allí llevaban años guardadas, pero ahora van para un hogar. Nos está ayudando un amigo, dice Fundora, contento, desde el teléfono por el que también ha ido recibiendo malas y buenas noticias.
El apartamento quedó disponible gracias a los esfuerzos de Annette Molina, portavoz del PHCD y de la diligencia de los responsables de Carrfour Supportive Housing, organización sin fines de lucro establecida en 1993 por el Comité de personas sin hogar de la Cámara de Comercio del Gran Miami.
Las gestiones resultaron exitosas porque ya Fundora tenía asignada la casa, hizo todos los trámites pertinentes y seguía reuniendo los requisitos.
Ahora la pareja debe crear el hogar que debieron haber tenido desde aquel día, hace dos años, cuando le otorgaron un apartamento donde tenía que subir y bajar escaleras que afectaba a su salud.
Redacción Cubanos por el Mundo