Los «cuentapropistas» de Cuba intentan transformar su realidad. La clase emprendedora de la isla vive momentos de incertidumbre.
Un reportaje de EFE reseña que “gracias a jóvenes emprendedores algunos edificios en ruinas de La Habana mutaron en elegantes restaurantes o modernos hostales privados. De la mano de estos también florecieron negocios innovadores como desarrollador web, diseñador u organizador de eventos”.
Ha sido un cambio gradual, indica la publicación. Arrancó en octubre de 2010, al momento de que el dictador Raúl Castro abriera “el sector privado al ampliar el número de oficios para desarrollar el trabajo autónomo, que suma ya 567.982 cuentapropistas,12% de la fuerza laboral”.
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Una muestra de isleños que emprenden sus propios negocios es Marta Deus, de 29 años, que en 2013 lanzó, junto con su mejor amiga, «Deus Expertos Contables», “que presta servicios de asesoría y contabilidad a otros trabajadores privados”.
“Entonces había mucha desinformación porque no teníamos una cultura de negocios en Cuba. Mucha gente estaba muy perdida sobre cómo obtener la licencia, cómo pagar impuestos o qué declarar”
Deus también ha lanzado Mandao Express, un negocio de mensajería, y la revista Negolution, en la que se narran las historias de otros «cuentapropistas».
“Creo que ha sido un sector que ha cambiado la sociedad cubana, ha traído calidad y buen servicio (…) Ha supuesto una revolución en nuestra sociedad”
Turbulencia en el sector privado
Quienes emprenden caminos independientes en Cuba se enfrentan a circunstancias difíciles desde agosto, “cuando el Gobierno frenó temporalmente la concesión de las licencias, como restaurantes o alquileres turísticos”.
Las autoridades justificaron entonces que lo hacían para “corregir irregularidades”, reportó la agencia de noticias. Seis meses después, el sector sigue paralizado.
Es probable que esas nuevas medidas no lleguen hasta después de abril, cuando se elija al sustituto de Raúl Castro, que previsiblemente será el “número dos” del Gobierno, Miguel Díaz-Canel.
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Al calor de ese “nuevo marco legal”, la diseñadora cubana Idania del Río, de 36 años, se asoció con la española Leire Fernández, de 41, para abrir «Clandestina», una tienda de diseño que ha impreso un aire de modernidad a La Habana Vieja.
También, Gerardo Rodríguez, de 31 años, apuesta por la independencia financiera. Está al frente de «Gerbet», un negocio que ofrece servicios de desarrollo web, marketing digital y diseño de marca a otros emprendedores.
“Fue un salto al vacío”, señaló Gerardo, que vivió meses de incertidumbre hasta que consiguió su primer cliente un mes antes de quedarse sin ahorros.
Redacción Cubanos por el Mundo.