“El cubano se refugia en el alcohol” . De esa manera califica un isleño su adicción a las bebidas alcohólicas. Para él, sumergirse en una botella de ron implica olvidarse por unas horas la penuria que significa vivir en Cuba.
“Me atrevo a decir que el 90 por ciento de los cubanos son alcohólicos, es lo único que nos saca el estrés de las necesidades que estamos pasando, y los mil problemas que estamos teniendo”.
Este joven cubano además afirma que la juventud no tiene muchas opciones para distraerse, por lo que la bebida también es calificada como una distracción.
“El alcohol no se va acabar nunca, al alcohol hay que hacerle un monumento porque si no nos estresamos y nos matamos”.
Los cubanos afirman que en Cuba no ha crecido la depedencia al alcohol sino los problemas, por lo que se hace cada vez más necesario el refugiarse en la bebida
“El alcoholismo no es que sea el alcoholismo sino el estrés que tenemos encima, y desgraciadamente para vivir aquí con todos estos problemas económicos hay que emborracharse”.
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Mientras el alcoholismo crece entre la juventud y toda la población cubana, las asociaciones para tratar esta problemática no reciben la atención necesaria por parte del Estado.
Tal es la desatención, que muchos alcohólicos saben sobre la existencia de la Asociaciones De Alcohólico anónimos o (AA)m y los pocos que conocen, son tratados de manera hermética.
Raymundo Ramírez, de 83 años, natural de Matanzas, bebió durante 47 años, desde los 15 hasta los 62. Ahora lleva 21 años sobrio gracias al grupo de AA de Santa Fe, La Habana.
“Comencé a beber a los 15 años y no paré hasta los 62, cuando apenas me quedaba vida. A pesar de ser un borracho malcriado, pude estudiar en la Escuela de Artes y Oficios de La Habana y al triunfo de la revolución graduarme como técnico de motor y fuselaje. Llegué a ocupar buenos cargos en unidades militares y en el Aeropuerto José Martí, pero la bebida siempre terminó estropeándolos”, cuenta.
Raymundo vive ahora cada minuto con alegría, porque a los 62 años tocó fondo y lo perdió todo. Parecía que su turbulenta existencia concluía ahí, pero gracias a las terapias del grupo se salvó.
Redacción Cubanos por el Mundo
