La libertad más que un derecho, es una necesidad indomable para algunos. Ese ímpetu es el mismo que inspira a la pluma artística de la opositora Lía Villares, promotora de Cuba Decide, que despojada de su laptop por la Seguridad del Estado, sigue alzando su voz para denunciar los abusos oficiales.
A mano limpia redactó varias cartas de pie a cabeza, narrando diversas violaciones a los Derechos Humanos cometidos en su contra por la dictadura castrista. Según publicó Martí Noticias.
“La #contrainteligencia de la #tiraníacastrista intenta paralizarnos. A mano o como sea seguiré levantando la cabeza y gritando”, aseguró la activista en twitter, compartiendo una imagen de los escritos hechos a bolígrafo para retratar una vez más, la monstruosidad del régimen al que siempre ha confrontado.
#DDHHCuba2018 La #contrainteligencia de la #tiraníacastrista intenta paralizarnos. A mano o como sea seguiré levantando la cabeza y gritando pic.twitter.com/TcDpfNxywm
— L i b e r t a d (@liavillares) February 6, 2018
A través de un relato titulado “La nauseabunda escena de tu vida”, Villares cuenta la “pesadilla” que experimentó junto a su pareja y artista plástico, Luis Trápaga, cuando agentes militares de la dictadura se metieron a su casa a realizar un registro ilegal, husmeando como “roedores” las pertenencias personales de los opositores.
LEA TAMBIÉN: Golpean a la disidente Lia Villares por exigir sus derechos (+Video)
Tras la revisión les fueron confiscadas cámaras, memorias portátiles, discos duros, varias laptop y otros objetos de valía personal. Lía Villares y Luis Trápaga permanecieron detenidos por 36 horas.
Privacidad e intimidad pisoteadas
La líneas de la artista describe lo que vivió de manera muy sentida y abierta.
“Tu privacidad, tus recuerdos, todas tus memorias conservadas tras el paso de los años en pequeños soportes digitales, discos, toda tu vida en manos de esbirros entrenados en destruir toda tu obra, tu trabajo de años, tus archivos personales y finalmente confiscarlo todo en bolsas de nylon donde se lee la palabra “criminalística”, bajo el débil argumento de que “realizas una actividad subversiva o contrarrevolucionaria”.
Las palabras de Villares retratan su impotencia mezclada con la rabia y la tristeza. Una furia contenida, capaz de trasladar una montaña, la mantiene en pie aunque aún trastocada por la injusticia y el despojo perturbador de su espacio más íntimo.
“Delante de ti el camino ya no se bifurca: hay una sola línea recta indicando la salida, la vez claramente pero tus pies te pesan y tus sentidos no responden. Sobre la mesa donde antes invertiste tus horas en la laptop que llegaste a considerar una extensión de tu mente, está la página que llenas a mano con paciencia intentando respirar y conservar algo de calma” expresa en sus cartas.
Y aunque no puede evitar que su imaginación recree lo que le espera a sus pertenencias “en alguna oscura oficina de Villa Marista, aguardando lo peor: formateo rápido, un aniquilamiento, una eliminación minuciosa que solo puede dolerte a ti”; su coraje sigue intacto, sus convicciones no sucumben y su lucha continuará de la forma que sea.
“Ahora solo debes levantarte de nuevo y agarrar ese camino sin mirar atrás”, sentenció.
Redacción Cubanos Por El Mundo