Miguel Antonio Vargas, de 18 años, hijo del pelotero cubano Lázaro Vargas, sigue los pasos de su padre y entrena fuerte para la próxima temporada en ligas menores de béisbol donde juega con Los Dodgers de los Ángeles, reseñó El Nuevo Herald.
El joven que esta firmado desde el pasado septiembre de 2017 conversó con el periodista Jorge Ebro y aseguró que se trabaja duro para dar lo mejor en su nueva etapa como deportista.
Sí, me lo he pasado trabajando fuerte. Vengo en las mañanas al gimnasio y entreno con mi papá. Por las tardes voy al campo y sigo entrenando. Hablo mucho con él. No he parado de trabajar, aseguró el joven
Agregó que se siente bastante cómodo y que a medida que pasan los días está mucho más confiado. “Cuando me reporte a los entrenamientos, entonces comenzaremos un plan nuevo”.
Cuando le preguntaron si había alguna diferencia al jugar en Cuba y en Estados Unidos aseguró que la intensidad no es la misma que requieren en la Isla. “Hay que esforzarse más, dedicarse de lleno a esto”.
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El joven ya no estudia para poder concentrarse completamente en el béisbol y poder entrenar en las mañana y las tardes. Aunque ya no tiene tiempo de jugar basket o compartir con sus amigos, dijo que lo hace por que el béisbol es lo que le gusta y es lo que sabe hacer.
En unos años espera verse en las Grandes Ligas “si no sufro ninguna lesión”, luciendo el número 22 que eligió debido a que su padre jugó durante veintidos años con los Industriales en Cuba.
Es mi guía, mi patrón a seguir y para mí jugar donde él jugó y caminar por donde él caminó y hacer lo que él hacía es más que suficiente
Redacción Cubanos por el Mundo
