Durante este fin de semana el principal balneario de Cuba, Varadero, sirvió de escenario para el rugido de las bicicletas Harley-Davidson, en un evento donde los aficionados y propietarios de estas motos clásicas se enfrentaron por séptimo año consecutivo.
La reunión anual de “Harlistas cubanos” reunió al club de aficionados Harley-Davidson donde más de 80 participantes exhibieron sus bicicletas antiguas en el parque central de la ciudad, según Xinhua.
“Una vez al año, nos reunimos aquí como una forma de cultivar la amistad entre los cubanos que comparten la pasión por tener estas motocicletas. También recibimos visitantes que vienen de otros países para intercambiar con nosotros”, dijo Abel Pez, organizador del evento, a Xinhua.
Con más de 60 años en el ruedo, las motocicletas continúan en las carreteras cubanas, a pesar de ser un verdadero sacrificio para los dueños.
“Es difícil porque estas bicicletas se fabricaron hace muchos años y sus piezas y piezas no son fáciles de obtener y caras. Se pueden comprar principalmente en los Estados Unidos , Canadá y México, lo cual es complicado para la mayoría de los propietarios”, dijo.
Según Pez, en Cuba hay cerca de 170 propietarios de motocicletas Harley-Davidson, aunque no todos están trabajando. Él estima que alrededor de 120 motocicletas de este tipo están circulando por todo el país.
Una “parte de su familia” considera Raúl Brito, a su Harley 1949 aunque confiesa que es un desafío mantenerla funcionando con partes originales.
“Vivimos para la motocicleta. Todo lo que podemos hacer para que se vea bella, lo hacemos. Incluso hay momentos en que hemos sacrificado las comodidades personales para comprar algo”, dijo el adicto Harley de la provincia de Cienfuegos, a unos 260 kilómetros al sureste de La Habana. .
La reunión es organizada todos los años por la asociación de “Harlistas Cubanos”, junto con las autoridades de la provincia de Matanzas. Sin embargo, muchas personas también vienen del exterior.
Este es el caso de Steve Constable, quien viajó por sexta vez a Cuba desde Canadá para participar en este evento.
“Creo que esta es una gran iniciativa. Los propietarios de este tipo de motocicletas se conocen entre sí, pueden compartir y ayudarse mutuamente a obtener lo que necesitan para sus bicicletas, lo cual es difícil en Cuba”, dijo Constable a Xinhua.
Sin embargo, las motocicletas Harley-Davidson no escapan a las tensiones políticas entre La Habana y Washington, cuyo reciente acercamiento fue abruptamente interrumpido por el presidente estadounidense Donald Trump.
Con el revés actual, a los propietarios de estas bicicletas antiguas les resulta aún más difícil mantener sus motocicletas en buenas condiciones, aunque creen que la reunión anual es una manera de hacerlo.
“Creo que esta es otra forma de relajar las relaciones políticas entre Cuba y los Estados Unidos y generar un clima de amistad y fraternidad con los fanáticos estadounidenses de Harley-Davidson”, dijo Pez.
Para otros como Raúl Brito, tener amigos de los Estados Unidos que dejen de lado las diferencias políticas y vengan a esta nación caribeña a compartir la pasión por las motocicletas es crucial.
“Muchos estadounidenses traen donaciones y piezas y creo que es una forma de romper el hielo en la arena política. Es una forma innovadora para que todos nosotros podamos contribuir”, dijo.
Redacción Cubanos por el Mundo