Sonaba como una cigarra gigante. Apareció de pronto y se fue dispersando poco a poco dejando a 22 diplomáticos norteamericanos y ocho canadienses, con diferentes tipos de síntomas, unos más fuertes que otro. Los ‘ataques acústicos’, se han convertido en un misterio durante el último año y ahora se conocen más detalles.
“El ruido molestaba tanto que para ver la televisión tenía que cerrar todas las puertas y ventanas de la casa. No me preocupé porque pensé que podía ser que yo no estuviera acostumbrado al sonido de los insectos de Cuba”.
Una de las víctimas de los “ataques acústicos”, que prefirió que no se revelara su identidad, relató que fue una tarde de 2016, cerca de la celebración de Acción de Gracias y coincidiendo con la muerte de Fidel Castro, cuando escuchó por primera vez el ruido extraño en su casa en Miramar, La Habana, según reseña la agencia neoyorquina Propublica.
Descubrimiento
“Una tarde invitamos a otro funcionario que vivía en la casa contigua a la nuestra. El ruido volvió y le comenté que estaba convencido de que eran cigarras. Pero el dijo que el sonido era demasiado mecánico como para que fueran simples insectos”, aseguró la víctima.
Ante la coincidencia y la molestia que causaba el ruido que se mantenía contante por una hora o más, el diplomático se quejó a la oficina de Mantenimiento de la embajada de los Estados Unidos en La Habana y dos operarios cubanos fueron a revisar qué pasaba, pero no detectaron nada raro.
El ruido siguió apareciendo hasta febrero de 2017 cuando comenzaron a desaparecer.
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Un mes más tarde, la victima consultada se encontró en la embajada con un colega con el que tenía amistad, que le comentó que había sido atendido en Miami, donde le habían detectado pérdida de audición.
Allí le contó que en diciembre había sufrido un ataque sónico procedente de un foco de sonido enfocado hacia su casa. Y ante la grabación del sonido pudo identificar lo que le estaba afectando.
Hasta ese momento él, ni u esposa habían sentido algún síntoma, pero ante la coincidencia los trasladaron a Miami y les detectaron síntomas relacionados con una conmoción cerebral, que le provocaban dolores de cabeza, náuseas y sordera.
Provocada
Una gran hipótesis toma fuerza en este caso. Y es que puede que la Administración Trump haya usado estos ataques para revertir los avances en las relaciones bilaterales con Cuba.
Luego de un año de investigaciones, los agentes del FBI que estuvieron en Cuba no pudieron encontrar las causas de los ataques acústicos. De momento sólo se ha descartado que los diplomáticos afectados hayan sido objeto de un ataque con un aparato sónico.
Las cuatro primeras víctimas de estos incidentes eran agentes de la CIA, que trabajaban en Cuba bajo cobertura diplomática. Otros dos funcionarios que hablaron de su afectación más tarde también lo eran. Esto ha provocado enfrentamientos entre el FBI, institución que no ha encontrado las causas y la CIA que es quien pone las víctimas.
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Como los datos no muestran un patrón en los síntomas, la hipótesis de los que culpan a Trump cobra fuerza y lleva a pensar que han sido manipulados por el Gobierno Trump para justificar el bandazo en su política hacia Cuba.
Por otra parte los médicos descartan que sea “histeria colectiva”. Algunos han llegado a compararlo con los tiempos en los que les pinchaban las ruedas, les embarraban la puerta del auto de excrementos de perros o les envenenaban las mascotas.
Parece que finalmente se tendrá una información sobre el caso de los ataques acústicos porque el próximo 4 de marzo el Departamento de Estado deberá decidir si devuelve a su personal a La Habana o mantiene la reducción que ha obligado a suspender la concesión de visas en Cuba y a que los cubanos tengan que viajar a la embajada norteamericana en Bogotá para poder ser entrevistados.
Redacción Cubanos por el Mundo