La adopción en Cuba es casi inexistente. Hay muchas parejas a la espera de la oportunidad de adoptar, pero muy pocos niños que reúnan las condiciones legales para ello. Según la Dirección Provincial de Educación (DPE) de la capital en La Habana hay 130 parejas en espera desde el año 2013. La dificultad de que sea retirada la patria potestad a los padres, es la principal causa que impide las adopciones.
“Lo complejo está en las condiciones que tienen que darse para que un niño sea puesto en adopción. Siempre que viene una familia le explicamos que el proceso es demorado, no por el hecho de la documentación que hay que aportar, sino por la realidad inminente de que un niño tenga las condiciones para ser dado en adopción”, explica la metodóloga de DPE, María Luisa Figueroa Wilson, a Granma.
Más allá del papeleo y los perfiles que deben cumplir los solicitantes, el principal requisito para que un menor pueda ser dado en adopción es que sus padres hayan perdido la patria potestad sobre ellos, en la mayoría de los casos de infantes que ingresan en los Hogares para Niños sin Amparo Familiar, esto no ocurre.
“En los Hogares, muchos son hijos de madres que están cumpliendo una condena, ya sea corta o larga, y esos niños quedan a nuestro cuidado si ningún otro familiar puede o quiere asumirlos. Se ingresan en la Casa en espera de que la madre termine su internamiento”, dice la especialista.
Casi imposible perderla
Que un juez retire la patria potestad a los padres es casi imposible en Cuba, a menos que sean hijos de activistas, muchos amenazados por la Seguridad del Estado con quitarle a sus hijos, la razón que originó la huelga de hambre de los hermano Leyva.
Para Yamila González Ferrer, profesora y secretaria de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, la principal razón por la que no se materializan muchas adopciones de niños sin amparo familiar se relaciona con la interpretación que se da de la norma, la cual sólo se limita a quitar la patria potestad en casos graves de maltrato o abandono.
“La privación de la patria potestad es un proceso judicial complejo, porque siempre se trata de que los padres rectifiquen su actuar. Tenemos todavía una idea de la maternidad y de la paternidad muy proteccionista” señaló.
Según Figueroa, entre los niños bajo tutela del estado también están los abandonados por padres adictos, siquiátricos o con retrasos mentales. Explica que a estas personas, por su condición, nunca se les quita la patria potestad.
“No se les quita la patria potestad porque no es que ellos ex profeso no quieran cuidar de sus hijos, sino que su capacidad está limitada. En la mayoría de estos casos también se suspende la patria potestad, no se les priva de ella”, reiteró.
La espera de Laura
Laura, junto a su esposo Manuel, tienen 15 años esperando por un niño para adoptar. A sus 47 años no ha cumplido aún el sueño de su vida: ser madre.
Para el año 2002 se sometió a varias intervenciones quirúrgicas y tratamientos para poder ser mamá, inclusive, un proceso de reproducción asistida. No lo logró. En ese momento decidieron, ella y Manuel, comenzar el proceso para adoptar un niño.
Laura recuerda que en un inicio no sabía a ciencia cierta a dónde dirigirse. “Comencé visitando una Casa de Niños sin Amparo Familiar. Luego de varios intentos de este tipo, las directoras me explicaron que el primer eslabón del proceso, donde se crea el expediente de solicitud, es en la Dirección de Educación de cada provincia”.
Visitó algunas instituciones y formalizó sus solicitudes, que engrosaban las que otras parejas habían dejado. La espera continúa, aunque las esperanzas se derrumban.
Sería oportuno cuestionar el contexto social y jurídico que impide que los niños sin familia en Cuba accedan a mejores condiciones de vida. Es el momento de quitarse la venda de los ojos, de dedicarle tiempo al análisis que derive en la modernización del sistema de adopción, en aras de que más niños aprovechen del amor y los cuidados de quienes desean dárselos.
Redacción Cubanos Por El Mundo
