Tres sujetos de nacionalidad rusa así como tres empresas, fueron acusados de fraguar una compleja trama para interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses del 2016, según informa la agencia AP.
De acuerdo con la oficina del fiscal especial Robert Mueller, quien está al frente de la investigación del llamado “Rusiagate“, estas personas usaron cuentas falsas en redes sociales haciéndose pasar por ciudadanos estadounidenses para comprar anuncios y tergiversar la campaña entre Donald Trump y Hillary Clinton.
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Los cargos son los más directos y explícitos hasta ahora en denunciar que Rusia trató de influir en el proceso político norteamericano.
El objetivo de la conspiración, dice el expediente, era “sembrar discordia en medio del sistema electoral estadounidense, incluyendo en las elecciones presidenciales del 2016”.
Trump declararía
El presidente Trump, quien niega algún tipo de vinculación con los rusos, afirmó que declararía bajo juramento si el fiscal Mueller se lo pide.
En conversación con periodistas en la Casa Blanca, Trump reconoció que está dispuesto a que le interrogue el fiscal.
Los rumores de los vínculos proceden porque el líder de la Casa Blanca habría mostrado su descontento por el proyecto de ley apoyado por el senado para extender las sanciones contra Rusia, y a finales de julio habría tratado de convencer al republicano Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, de que no se trataba de una política sensata.
Redacción Cubanos por el Mundo