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Clausura de centrales azucareros crea pueblos fantasmas en Cuba

Dos pueblos fantasmas existen donde antes estaban ubicadas las centrales Guillermón Moncada, antiguo Constancia en Abreu y Mal Tiempo (Andreita) en Cruces

Monumento a la clausura del central azucarero Guillermo Moncada, antiguo Constancia ubicado en Abreu. Foto captura
Monumento a la clausura del central azucarero Guillermo Moncada, antiguo Constancia ubicado en Abreu. Foto captura

Donde no hay empleo ni capacidad de producir dinero, la vida se acaba. Las decenas de pueblos fantasmas que existen en Cuba producto de la clausura de centrales azucareros en el 2002 lo demuestran.

Pueblos fantasmas con problemas de alcoholismo, prostitución, violencia, falta de lugares de esparcimiento y hasta migración forzada para poder trabajar en otros lugares; se levantan mucho más rápido en Cuba que cualquier otra cosa, según reporte de Martí Noticias.

Y es que el desmantelamiento de la industria azucarera y por lo tanto la disminución de la producción de azúcar como corona de la economía cubana, dejó cientos de familias destrozadas.

Se citan los casos de las centrales: Guillermo Moncada, antiguo Constancia ubicado en Abreu y Mal Tiempo (Andreita) ubicado en Cruces. Los centrales fueron desmantelados en el 2006 y con ellos se vino abajo el mantenimiento de las instalaciones deportivas y recreacionales de la zona.

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Opiniones

José Ramón Taguado, ex empleado de la Central Guillermo Moncada, explicó que la central ocupaba hasta el 90 por ciento de la cantera de trabajadores del pueblo y al ser desmantelado, muchos entre lágrimas tuvieron que emigrar a otras zonas para poder trabajar.

“Todos los días salían de aquí los hombres y mujeres trabajadoras a otras zonas a dedicarse a hacer trabajos que nada tiene que ver con su experiencia, pero de algo deben vivir”, detalló Taguado.

Por su parte Sumara Cruz Oviedo, maestra de la escuela primaria del Central Guillermo Moncada, aseguró que en consecuencia las actividades deportivas y recreativas se esfumaron por lo cual la zona no es apta para desarrollar familias.

“Palabras obscenas y los hombres sin camisa en la calle es lo mínimos que vemos aquí. Todo termina en violencia”.

Los residentes siguen esperando un milagro, pero saben que si en tanto tiempo la dictadura no ha hecho nada por ellos, ya de seguro nada van a recibir.

Redacción Cubanos por el Mundo

Written by Dayana Fernández

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