El totalitarismo del régimen cubano es bien conocido por el padre Castor José Álvarez, uno de los tres sacerdotes que firmó la carta enviada a Raúl Castro en la que se le exigía libertad para la Isla y condiciones para unas elecciones democráticas.
En tal sentido, el religioso está consciente de que su valentía podría jugarle “una mala pasada”.
“No van a meternos presos o fusilarnos por la carta. Pero sabemos que nos pueden jugar una mala pasada. Puedes acabar muriendo de otra forma, en un accidente de coche o porque te enfermen. O acabar en la cárcel porque te pongan material pornográfico en casa y te juzguen por ello”, dijo
De acuerdo con una entrevista al semanario católico Alfa y Omega, el párroco de Camagüey fue recibido a principios de mes por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin.
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“Fue muy amable, me sentí como un hijo con su padre. En el Vaticano tienen una visión universal, que a veces puede ser mayor que la nuestra”, dijo al medio.
El objetivo de esos sacerdotes es poder expresar la realidad de lo que se está viviendo en Cuba y no lo que el régimen intenta ver.
“La Unión Europea nos ha dejado atónitos al declarar (en su informe anual sobre derechos humanos) que vivimos en una ‘democracia de partido único’. No puedo sino pensar que esto se debe a intereses económicos. Y esto me preocupa muchísimo”, añadió.
A juicio de Álvarez, la jerarquía católica en Cuba ha optado por hacerse de la vista gorda a los problemas de la gente para no meterse en problemas con el régimen.
El cura se refirió a los obstáculos para la construcción de nuevos templos como una de las limitaciones a la libertad de la Iglesia en la Isla, que también tiene dificultades para prestar atención religiosa a los presos o aparecer con normalidad en los medios de comunicación.
“Posiblemente, varias personas. Algún pobre al que ayudaba me ha dicho que la Seguridad del Estado le había enviado para espiarme”, precisó.
En ocasiones, otros feligreses acuden a él con sospechas de que algún otro sea un confidente del régimen, o él mismo lo detecta.
Por ejemplo, “si viene a la iglesia pero no trae a sus hijos a catequesis”, citó.
Evangelizando espías
El párroco afirmó que los presuntos espías que son enviados por el castrismo, él intenta evangelizarlos para poder de esa manera, abrir su mente a la realidad.
“Si quien nos advierte es muy digno de confianza, intentamos no dar a esa persona sospechosa facilidades para acceder a información. Pero tampoco puedes caer en el prejuicio hacia ellos”.
“Tenemos que velar por la unión de la Iglesia, porque el diablo va a dividir, crear mal ambiente, desmoralizar al sacerdote, calumniar…”, añadió.
Redacción Cubanos por el Mundo