Los controles empeoran el desabastecimiento en Cienfuegos. La población debe esforzarse para conseguir viandas, frutas, hortalizas y cárnicos, alimentos necesarios para equilibrar la ingesta familiar cada semana. La escasez originada por los daños del huracán Irma en la producción local, se complicó aún más con el extendido tope de precios impuesto por las autoridades.
Según análisis del economista Orlando Freire Santana, en publicación de Cubanet, las autoridades cienfuegueras han extendido demasiado el tope de precios, una medida que aunque lo que buscaba era proteger a la población, lo que realmente ha provocado es una desesperación generalizada ante lo difícil que resulta encontrar comida.
“Topar precios provoca la desmotivación de alguno de los eslabones de la cadena producción-comercialización al no percibir los ingresos que proporcionarían unos precios libremente formados. El productor reacciona dejando de producir, mientras que el comercializador esconde los productos para después ofertarlos a un precio superior en la economía sumergida, o la “bolsa negra”, como solemos decirle los cubanos.
De acuerdo a la explicación del economista, no son los niveles productivos del país los que únicamente definen la presencia o no de productos agropecuarios en los mercados. Los controles, producen una especie de atrofio en el normal proceso de oferta- demanda que existe en el libre mercado.
Recorrido por mercados
Tras un recorrido hecho por el especialista por mercados locales de la provincia, aseguró que los mercados estatales, en general, exhibían tarimas semivacías y con productos de pésima calidad. Además de boniato, calabaza y yuca, es difícil hallar otros surtidos en ellos. Mientras que, el mercado de 19 y B, en cambio, tiene en sus tarimas toda la variedad de frutas, viandas y hortalizas que propicia en Cuba la actual época del año, así como los productos son de primera calidad.
Al consultarles a los compradores sobre la escasez, muchos acusan a los vendedores de ocultar los productos para no ofertarlos al precio topado, y si el cliente pegunta por ellos, tendría que pagarlos a un precio superior, que evidentemente sería el precio de mercado.
“El Estado debe esforzarse por eliminar la burocracia y la ineficiencia de sus mecanismos comercializadores. Así los mercados estatales podrán competir con los de oferta-demanda, sin necesidad de recurrir a un poco convincente tope de precios”, puntualizó el analista.
Redacción Cubanos Por El Mundo