Se van por la asfixia de la dictadura, no porque realmente quieran dejar el país. Sin embargo a penas las cosas empiezan a mejorar, la idea de volver se hace fuerte en sus pensamientos. Muchos se han atrevido, lo dejan todo de nuevo, regresan a invertir y prevalece en ellos el amor a su tierra más que el resentimiento en contra del régimen.
Rolando Prats, fundador de los proyectos culturales Paideia y Tercera Opción, es uno de los repatriados en Cuba. Regresó en 1996 tras un engorroso proceso, pero lo hizo por “el deseo y la necesidad de reincorporarme plenamente a la vida del país”, según reseña la BBC Mundo.
“Se va de Cuba quien lo hace deseando no volver jamás. Y son casi siempre esos que desean irse a toda costa quienes terminan en el gueto en que cohabitan, resentimiento y provincianismo”, opina Prats.
Datos
Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en 2016, al menos 14 mil personas decidieron repatriarse, cifra que en 2017 disminuyó hasta posicionarse en 11 mil 176.
De cualquier forma, las cifras de repatriados son un récord desde 2013 cuando el gobierno de Raúl Castro anunció una nueva reforma migratoria en el país, que incluyó además la eliminación del permiso de salida para los cubanos.
Ernesto Soberón Guzmán, director de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), aseguró que debido a esas cifras es de notar un creciente interés de los ciudadanos cubanos en volver a residir de manera permanente en su país, eso sin que les sea prohibido viajar al exterior y hacer una vida normal como cualquier ciudadano de otra nacionalidad.
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Estas facilidades las puede tener todo cubano siempre y cuando no haya estado involucrado en “acciones hostiles contra los fundamentos políticos, económicos y sociales del Estado” y “que hubiese salido ilegalmente del país a través de la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo”.
Bien lo resumen Prats, la nostalgia y la pesadumbre de estar lejos de casa, les hace fácil a algunos volver. Por ello se ve con frecuencia que los jóvenes se van y vuelven los mayores.
Invertir en familia
El caso de Indira es más común de lo que parece. Ella a finales de 1999, cuando tenía 23 años, llegó a Italia para casarse con un extranjero que se enamoró de ella en una visita a la Isla y no fue hasta 2018 que regresó a Cuba.
“No te puedo explicar lo que es eso, solo el que ha emigrado sabe lo que es. He sufrido, pero no me arrepiento, en Cuba es imposible vivir. Las cosas básicas para que un ser humano sea feliz no las hay, yo regresé momentáneamente por mami, para repatriarme y ayudarla con un negocio que le voy a montar. Pero aquí yo no vuelvo a vivir ni muerta”, asegura contundente Indira.
El caso de Indira es más común de lo que parece. Ella a finales de 1999, cuando tenía 23 años, llegó a Italia para casarse con un extranjero que se enamoró de ella en una visita a la Isla y no fue hasta 2018 que regresó a Cuba.
“No te puedo explicar lo que es eso, solo el que ha emigrado sabe lo que es. He sufrido, pero no me arrepiento, en Cuba es imposible vivir. Las cosas básicas para que un ser humano sea feliz no las hay, yo regresé momentáneamente por mami, para repatriarme y ayudarla con un negocio que le voy a montar. Pero aquí yo no vuelvo a vivir ni muerta”, asegura contundente Indira.
Y es que la mayoría de los cubanos que decide repatriarse tiene como objetivo aprovechar las nuevas oportunidades para la propiedad privada, específicamente del mercado inmobiliario y del turismo.
Proceso
Indira tendrá ahora que presentar a las autoridades cubanas una solicitud que explique las causas por las que desea reasentarse en el país. Mostrar su pasaporte vigente y designar una persona de referencia en Cuba, que se comprometa a garantizar su alojamiento y manutención hasta tanto pueda disponer de vivienda e ingresos propios.
Por último, pagará el impuesto o arancel consular, según corresponda, de acuerdo con la legislación vigente. La verdad, no podía ser más fácil con el régimen dictatorial mandado.
A pesar de eso Marta Deus, de tiene 29 años, se repatrió en 2014 con la firme idea de invertir en su tierra. Ella es una de las caras más reconocidas entre los jóvenes cubanos que se abren un espacio en la isla como emprendedores.
Abrió una oficina que brinda servicios de contabilidad y asesoramiento de empresas, Mandao, una agencia de mensajería, y Negolution, una revista en línea dedicada a promover los nuevos emprendimientos del sector privado que han nacido en los últimos años en el país.
“Cuando en el 2012 vinieron las reformas al sector privado, analicé bien las leyes y llamé a dos amigos de acá de Cuba y les dije que quería abrir algo. Luego en el proceso de repatriarme hubo una psicóloga que me hacía preguntas porque decía que yo era la única joven que quería volver a Cuba “, comenta Marta.
Retroceso
No todo puede ser perfecto. En agosto de 2017, el régimen cubano tomó la decisión de congelar la apertura de más licencias para el trabajo en el sector privado, alegando que era necesario realizar una revisión de la propiedad privada para perfeccionar el sistema.
“Cuando me repatrié me convertí en embajadora, porque le dije a mucha gente de fuera que en Cuba se pueden hacer cosas y gente que se quería ir les decía que no se fueran. Me parece súper importante para el crecimiento y el desarrollo de la sociedad que los jóvenes aporten ideas. ¿Y ahora qué digo?”, se cuestiona Martha.
Martha dejó todo lo que tenía y se mudó a un país para quizá perderlo todo. “Está por ver cómo vienen los próximos meses, pero no pinta bien”, atestigua Deus.
Un poco más filosófico describe este final el fundador de los proyectos culturales Paideia, Rolando Prats, quien a su regreso, valora lo que ha encontrado:
“El saldo personal ha sido devastador, al menos entre quienes conocía de antes y se quedaron en Cuba, por fatalidad o por elección, la regla parece ser la fatiga, el descentramiento, la desmovilización, el cinismo, y, lo que es peor, la mediocrización de los horizontes y las referencias”.
Y añade: “Cuba si no quiere perderse en este azaroso juego de restauraciones y reciclajes, tendrá que hacer de nuevo no solo una revolución más grande que ella misma, sino incluso más grande que la que ya hizo”.
Redacción Cubanos por el Mundo
