A pocos metros del reparto obrero en Guantánamo, están asentadas más de 100 familias que constituyen el barrio Azúcar, que de dulce no tiene nada.
Sus habitantes de quejan de todo. Pero principalmente del mal estado de las calles de arena, que en sequía se convierten en un pantano y durante las lluvias quedan como ríos, según reporta Martí Noticias.
Los niños no pueden ir a las escuelas cuando llueve y cuando escampa, los padres los cargan en las espaldas para intentar atravesar las calles destrozadas.
“No tenemos lancha para salir del barrio y si nos atrevemos ni siquiera unas botas de lluvia podemos usar”, señaló una afectada.
Los que denuncian la situación, no confían en la palabra del delegado del Poder Popular del territorio.
“Aquí tú votas y es por gusto porque aquí nadie viene a solucionar nada. Siempre dicen que van a hacer, pero nunca hacen nada”, señaló una madre quien prefirió no identificarse.
Situación
Y es que en los últimos años han pasado varios delegados y la comunidad no tiene solución a los problemas.
Según información a la que ha tenido acceso los vecinos, no se ha aprobado el proyecto de alcantarillado ni la acometida sanitaria, sin importar que el 90 por ciento de las casas tengan letrinas que se llenan de agua cuando llueve.
El problema de salubridad está latente. Sospecha de dengue y zika se han reportado en varios de los niños del sector.
La desatención es tal que, según cuenta otro vecino, “con el problema del ciclón, fueron a informar que iban a resguardar a las personas”, pero nunca lo hicieron.
El delegado informó sobre el traslado, pero no sabía cuando los iban a trasladar ni para donde los iban a llevar.
“Vinieron por nosotros después que había pasado el ciclón. No vinieron a prevenir, sino a ver qué quedó”.
Los vecinos aceptan que no hay condiciones adecuadas de vida, pero denuncian que no hay quien se preocupe por buscarlas.
Redacción Cubanos por el Mundo
