Los libros turísticos o guías, regularmente promueven ideas cliché sobre Cuba y su gente, creando un ambiente que explota a la población local y, al mismo tiempo, pretende brindar una experiencia “auténtica” a los viajeros.
Un artículo publicado en ETurbo News, se hace eco de la investigación de la doctora Rebecca Ogden, profesora de estudios latinoamericanos en la Universidad de Kent, quien examinó varias publicaciones de guías turísticas en los últimos 20 años, afirmando que en dicho lapso de tiempo se viene anunciando un cambio que nunca termina de llegar.
Es por ello que existe la sensación de que los turistas deben visitar el país “antes de que cambie” para que puedan experimentar la Cuba “real” y “auténtica”.
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Sin embargo, muchas de las ideas presentadas en estos libros no hacen más que reforzar los estereotipos de la población, como que todos están “despreocupados” y “felices” y a menudo se centran en la idea de la caricatura del “amante latino” y que el sexo casual es común.
Además, para satisfacer el deseo de los viajeros de tener experiencias íntimas y auténticas en Cuba, las guías tienen el efecto de explotar a la población local presentándolas como uniformemente abiertas y amistosas, y tratando a los huéspedes como iguales, en lugar de pagarles a los clientes.
Específicamente, la investigación del Dr. Ogden señala que muchas guías promueven la idea de hospedarse en casas particulares, es decir, las viviendas de los cubanos que se alquilan por alrededor de $ 30 por noche, en lugar de hoteles administrados por el estado, ya que brinda la oportunidad de conocer a los cubanos y sus estilos de vida.
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Si bien hay una tarifa involucrada, las guías de viaje a menudo dan la impresión de que los cubanos que dirigen estos establecimientos lo hacen porque son personas amistosas, en lugar de porque les ayuda a sobrevivir.
Sugieren que los cubanos siempre tratarán a los invitados como amigos, desde compartir bebidas hasta discutir políticas delicadas, sin ninguna sugerencia de que un viajero pueda entrometerse en su espacio privado o que esto vaya más allá de la dinámica habitual de anfitrión-huésped.
En general, la impresión que dan las guías turísticas a los viajeros acerca de Cuba tiene los efectos de normalizar los encuentros con la población local que realmente explotan y pasan por alto las complejidades de la nación y su gente, mientras que a la inversa ofrecen una visión “auténtica” del país.