La hipocresía oficial no cesa. Cada 8 de marzo, como ya es costumbre, el régimen celebra el Día Internacional de la Mujer invadiendo con toda clase de frases líricas los medios oficiales y realizando eventos diversos en homenaje al género, que en la práctica, sigue sometido a una cultura machista irrespetuosa y a toda clase de abusos oficiales.
La vida de una mujer en la Isla se desarrolla desde su infancia en medio de acoso escolar, de las frases vulgares de los hombres en la calle, del manoseo dentro de los ómnibus urbanos y de las pretensiones sexuales de sus jefes.
“Cualquier sitio es un buen lugar para un acosador. Lo he sufrido en la escuela, en las guaguas, en el cine, viajando en tren o caminando por una calle poco alumbrada, donde el tipo se saca el miembro y se masturba descaradamente delante de ti” confesó una cubana al Diario Las Américas.
LEA TAMBIÉN: Damas de Blanco llegan a 133 domingos de arrestos y represión con campaña #TodosMarchamos
Nadie le achaca el origen del problema a los 68 años de la revolución, pero sí su permanencia y la contribución que el régimen hace a diario para afianzar la visión machista y abusadora hacía la mujer. La violencia de género en Cuba, más allá de las cosas bonitas que diga Granma, sigue siendo una práctica de estado.
Golpeadas por oficiales
A principios de este año, varias activistas denunciaron que han sido golpeadas hasta el desmayo por parte de los oficiales de la Seguridad del Estado.
La Dama de Blanco Deysi Artiles, es una sobreviviente de cáncer de mama pero también de los golpes de los funcionarios castristas durante cada jornada dominical. El año pasado en una de las tantas ocasiones que fue golpeada, recibió golpes hasta del chofer de la patrulla.
“Me golpearon cinco oficiales. Eran dos mujeres policías, el chofer y el ayudante de la patrulla policial número 626 y un agente de la Seguridad del Estado”, relató en esa ocasión.
Así como ella, decenas de féminas de organizaciones como UNPACU, Damas de Blanco, Cuba Decide y otros entes defensores de los DDHH, son humilladas cada semana en registros a sus viviendas y el decomiso de sus bienes, sin contar los maltratos durante cada emboscada al participar en la campaña dominical #TodosMarchamos.
Esto ocurre en las calles y a plena luz del día, en algunos casos con testigos que alcanzan a grabar las escenas para difundirlas ante el mundo. Sí esto es lo que ocurre a los ojos de todos, qué queda para todas aquellas mujeres que cumplen una condena en prisión, donde apenas pueden denunciar sus terribles condiciones.
La violencia de género es más que un problema social en el país, es una práctica de estado hacía quienes se rebelan a su sistema totalitario. Los voceros oficiales alardean de su lucha contra este flagelo con demasiado descaro, limitándose a mostrar únicamente la ficción de su propaganda estatal.
Machismo vigente
La lucha de las mujeres en Cuba ante la desigualdad social comienza en casa. El machismo sigue vigente, pese a que en muchos casos, las parejas son profesionales y se supone que manejan cierto grado de instrucción. La mayoría deben asumir la jornada de sus empleos, y al llegar a casa, las tareas del hogar, una carga mucho más pesada que la llevó las generaciones anteriores.
Redacción Cubanos Por El Mundo
