Ver televisión, quedarse en casa conversando, arreglarse el cabello, o cualquier otra actividad, será más importante para muchos cubanos que participar en las votaciones de este domingo en la Isla. Están cansados, se sienten estafados y utilizados por la dictadura, que no les ha resuelto ninguno de sus pesares cotidianos desde hace décadas.
“No pienso ir a votar. Ya no me trago otro cuento más. A uno la pueden engañar diez, veinte o treinta años, pero ya son seis décadas con el mismo cuento y el pueblo pasando trabajo” confiesa Ana, una ingeniera cubana que decidió aprovechar su domingo pasándose la plancha por el pelo y arreglando el closet de su hija. Según Diario Las Américas.
La mayoría de los cubanos no parecen emocionados por los anuncios de que Raúl Castro “abandonará” el cargo como Jefe de estado en el mes de abril. El Sistema comunista sigue controlando cada paso y cada proceso electoral, en el que no se permite participar a la oposición ni a candidatos independientes, lo que aleja la posibilidad de un cambio real.
Formalismo
Carlos, sociólogo, califica las votaciones en la Isla de “antidemocráticas”, un formalismo que no alcanza a engañar a la gente tras décadas de manipulación y mentiras desgastadas.
“Es puro formalismo. Los cubanos no elegimos al presidente de manera directa. La votación del domingo no es para elegir a nadie, es para ratificar a un grupo que ya fue escogido por las autoridades. No asistir o dejar la boleta en blanco, quizás sirva para las estadísticas pero aunque solo asista el 50 por ciento de los electores, eso no impedirá elegir a los candidatos designados”.
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Otto, chofer de una ruta de transporte público, va a votar por miedo a las represalias del Comité de Defensa de la Revolución (CDR).
“Si no voy a votar, te sacan los trapos sucios. Puedo dejar la boleta en blanco, escribir una mala palabra o poner una X por todos los candidatos, pero ninguna de esas opciones resolverá nuestros problemas”, lamentó el trabajador.
Pese al desanimo de la mayoría de los ciudadanos cubanos para participar en el show electoral del régimen, muchos asistirán intimidados por los funcionarios del Estado de su localidad o amenazados implícita o explícitamente, con convertirse en “enemigos” de la revolución. La necesidad de aparentar una gran concurrencia electoral ante el mundo dará trabajo hoy a los súbditos de la maquinaria comunista en la Isla.
Redacción Cubanos Por El Mundo
