«Elección» es la acción de elegir. Y para elegir es necesario tener opciones libres. La forma de elección en tercer grado establecida por el sistema electoral en Cuba cierra toda posibilidad de democracia y trunca todo movimiento que se oponga a la fuerza dictatorial de los Castro.
Es que a pesar de que hoy en la isla se desarrolla el proceso que designa al nuevo Parlamento, el ciudadano no vive en democracia.
El historiador y geopolitólogo venezolano José Romero no duda en argumentar que «las democracias son vistas como las formas de gobierno más perfectibles en la que el hombre puede alcanzar estabilidad económica y ascenso social».
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Entonces, la pregunta es: ¿Cuba es un país próspero? Y si así fuera, ¿por qué registra una de las mayores olas migratorias del mundo?
Hoy, al menos 8 millones de cubanos pueden asistir a las urnas de votación. En teoría, en ellos recae el peso de elegir a un Parlamento “de donde saldrá en abril el sucesor Raúl Castro”, un cambio histórico en la isla pero dentro de la continuidad del sistema socialista, destaca la agencia de noticias EFE.
Aún así, arguye Romero, no basta con que exista la posibilidad de elegir. Es necesario tener alternabilidad en el poder y presencia libre de partidos políticos. Otros elementos importantes son la legitimidad de origen y la legitimidad de desempeño, añade.
En Cuba solo hay un partido político, y controla todo: el Partido Comunista de Cuba (PCC).
“Un presidente tiene legitimidad de origen cuando es elegido por el voto popular. Y legitimidad de desempeño gracias a su gestión. Un ejemplo: Chávez ganó por el voto, pero su desempeño le quitó legitimidad“
EFE sostiene que el proceso es el mismo de cada cinco años. “Son 605 candidatos designados para igual número de escaños en la Asamblea Nacional, un sistema singular en América Latina. Deberán ser ratificados por más de ocho millones de cubanos mayores de 16 años, un 72% de la población”.
Estos, son los primeros comicios generales sin Fidel Castro, fallecido en 2016.
“El Parlamento que salga de las elecciones se instaurará formalmente el 19 de abril, fecha en la que los diputados propondrán y elegirán entre ellos a los principales cargos del Consejo de Estado, máximo órgano de Gobierno, incluido el presidente”
Sucesión en dictadura
La sucesión de los Castro marcará el inicio del relevo generacional en Cuba, que no se desliga del “castrismo”. Según la Constitución, el PCC —del cual Raúl continuará como primer secretario hasta 2021— es la “fuerza dirigente superior de la sociedad”, reporta la agencia.
Aún así, el cambio de un hombre, de un apellido, no significa una transformación de modelo político y constitucional, explica el abogado constitucionalista venezolano Sergio Urdaneta.
Pero para la cancillería cubana no es así. Por medio de su cuenta Twitter han afirmado:
“El próximo presidente podrá no tener ese apellido (Castro); pero será, sin duda, un hijo de la Revolución, la de Fidel Castro, Raúl Castro… formado en ella y la seguirá llevando adelante junto al pueblo de Cuba”
El canciller Bruno Rodríguez lo ha declarado abiertamente: “Habrá un sentido de renovación, y habrá un sentido de continuidad“.
Mientras tanto, suena un nombre: Miguel Díaz-Canel, vicepresidente primero.
José Romero añade que después de esto, así como en muchas regiones de Latinoamérica, podría venir un proceso de agrupamiento político de la sociedad civil.
“Ya hay países que se empiezan a estabilizarse. Este año hay elección en Brasil, Colombia, Venezuela. Hubo en Ecuador y Chile…”
En palabras de Romero, es probable que haya un «reacomodo en América Latina».
Redacción Cubanos por el Mundo.
