En Cuba los persiguen, los presionan, les aumentan los impuestos; en EE.UU., reciben su talento y apoyan sus negocios. Un Cuentapropista puede ser tan condenados en Cuba, como valorado en cualquier otro país donde el emprendimiento es una bendición y no un pecado.
Ese es el caso de Rosana Vargas, diseñadora de joyas y cuentapropista cubana, quien lanzó la tienda minorista online Rox 950, donde los estadounidenses podrán comprar las joyas de plata hechas a mano en el taller de La Habana.
La diseñadora de pulseras, collares y aretes forjados con un 95 por ciento de plata, se convirtió en la protagonista de la primera acción comercial de este tipo en más de 60 años, según reseña Business Wire.
Orgullo
Vargas, destacó que su arte orfebre “es una expresión de determinación cubana frente a la adversidad”.
La cubana superó innumerables obstáculos legales, logísticos, financieros y reglamentarios; que hacen casi imposible para un cuentapropista cubano exportar su producto para venderlo en EEUU.
Por parte de EE.UU., los productos cubanos fabricados por cuentapropistas pueden entrar legalmente al país, según las normas vigentes emitidas por la Oficina de Controles de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
En Cuba, la salida de productos como la joyería de Vargas está autorizada por el Ministerio de Cultura.
La orfebre supervisa a unos 30 empleados que elaboran cada pieza según sus especificaciones.
Redacción Cubanos por el Mundo
