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Dificultades repentinas para cobrar remesas monetarias en La Habana

Largas colas para cobrar las remesas familiares en La Habana / Foto: Mario Hechavarria Driggs
Largas colas para cobrar las remesas familiares en La Habana / Foto: Mario Hechavarria Driggs

El cobro de remesas monetarias quedó entorpecido en la capital cubana por dificultades que causaron alarma en la población durante los primeros días de marzo, principalmente en las oficinas de Western Unión, empresa líder para quiénes desde otros países transfieren dinero efectivo a familiares y amigos en Cuba.

Al amanecer del pasado viernes 9 de marzo, una larga fila, mucho más de lo cotidiano, se apreciaba frente a los locales de la “WU” ubicada dentro de la gran tienda Plaza Carlos III:

“Ayer me resultó imposible cobrar el dinerito que me manda mi hijo desde Nueva Jersey, en la tarde esperé dos horas sin conseguirlo, demasiada gente, por eso vengo antes de la apertura para ser de las primeras”, comentó Mayra Vila, señora mayor acompañada de su hija. Entonces faltaban 25 minutos para las 9 AM, hora de abrir la tienda.

El problema se repitió al siguiente día, cuando la “cola” inicial de clientes esperando su turno superó las 50 personas apenas pasó el primer usuario a una de las dos cabinas que mantiene Western Unión en el lugar.

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Las cajeras encargadas de tramitar cada remesa no están autorizadas a emitir declaración alguna, pero no hay alternativa ante el malestar de la población y deben ofrecer información general, luego repetida por los clientes, convirtiéndose en voz popular:

“Se trata de muchas oficinas sin brindar servicio en la capital, entre otras razones por falta de la conexión computadorizada propia del sistema de pago.”

Lo dicho anteriormente coincide con varios hechos: primero, la oficina “WU” de la tienda Yurumí cerró antes de hora el lunes. La empleada informó que “No había conexión y tampoco dinero.” Segundo, en Carlos III se conoció de la presencia de varias personas venidas de Alamar, ciudad periférica perteneciente a la jurisdicción administrativa capitalina, donde tampoco funcionaba el sistema.

Por último, en las conocidas Casas de cambio de la Moneda (CADECA), funcionaban ventanillos con el servicio de la conocida empresa norteamericana. El cierre paulatino pero definitivo de numerosas CADECAS significa menos opciones de cobro por la vía señalada, además de que es frecuente que Las Casas de Cambio existentes anuncien la importante prestación monetaria, sin cumplirla en la práctica.

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Una nueva dificultad acaba de sumarse a las relacionadas con Western Unión, los que prefieren transferir dinero rápido hacia Cuba a través de Internet encuentran ahora que una de las empresas preferidas de la actividad, Sendvalu, tiene detenidas sus operaciones desde hace unos diez días, sin precisar cuándo serán reanudadas.

En La Habana más de dos millones de personas carecen de información concreta sobre un problema de vital importancia, pues las transferencias monetarias desde el exterior, junto a la exportación de fuerza de trabajo calificada, constituyen los factores principales que mantienen a flote la caótica economía del país.

Por Mario Hechavarria Driggs

Written by Mario Hechavarria Driggs

Periodista Independiente
Autor del Blog La Santanilla

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