El calvario que viven miles de cubanos desde el cierre de la embajada de Estados Unidos en La Habana, parece interminable. Padres separados de sus hijos por años, esposos luchando por un visado para reencontrarse en Estados Unidos, entre otros escenarios, son parte del drama que sufren las familias de la Isla, separadas por el sueño de vivir en un país normal y no oprimido por un régimen comunista.
“Todo esto ha sido un calvario. Desde que me avisaron en Cuba que debía solicitar la visa a Colombia hasta que llegué aquí. Lo que hemos pasado ha sido muy duro. Más de 300 personas soportamos un aguacero intenso frente a la embajada de Colombia en La Habana, sin ningún lugar para protegernos. Gracias a una señora que llevaba un paraguas y me resguardó los papeles no lo perdí todo”, dice Alfonso a El Nuevo Herald, que no ha podido reunirse con su hija en Miami desde hace ocho años.
El drama migratorio también atormenta a Lisset López Rodríguez, una cantante cubana residente en Miami, que tardó cuatro años para reencontrarse con su hija en Bogotá, donde tramita su visado. Aunque aún está a la espera, conseguir una cita le da un poco de calma.
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“El día que escuché que habían cancelado los trámites en la embajada de Estados Unidos en Cuba me volví como loca porque pensaba que Camila se me iba a quedar allá, confiesa la mujer de 38 años.
En Colombia
Una vez en Colombia, López comenzó a investigar todo sobre los trámites para gestionar la cita de su hija en el consulado habilitado por Estados Unidos en esa ciudad. Asegura que ha sido un largo camino, transitado sin información y transparencia.
“Me fui al consulado de Colombia en Miami y no me querían atender. Tuve que ir varios días y, después de muchísimos trámites, me aprobaron la visa de turista para acompañar a mi hija. Nadie te orienta sobre lo que tienes que hacer ni te ayuda para que los trámites resulten más sencillos. Por no hablar de los costos”, señala López, que ha gastado más de 6.000 dólares hasta la fecha.
A López el cierre de la embajada de los estados Unidos en La Habana, le parece injusta. Y aunque no cuestiona los argumentos del Departamento de Estado, mencionó que ni siquiera durante la Guerra Fría se ejecutaron medidas tan drásticas.
“Antes no había embajada, pero Estados Unidos tenía una sección consular para ayudar a las personas a salir hacia la libertad, pero ahora ni eso”, destacó.
Otro cubano que gestiona visa en Bogotá, Yackmar Domínguez Santos, agradece la buena atención de los colombianos, que se han beneficiado significativamente con la llegada de los gestores.
“Tener que viajar a Bogotá para realizar los trámites para que mi familia se reúna conmigo en Miami ha sido difícil. Todo el dinero que tenía ahorrado para establecerlos a ellos se me ha ido en los pasajes y la estadía en Colombia”, confesó Domínguez a sus 38 años.
Redacción Cubanos Por El Mundo
