El vicepresidente Miguel Díaz Canel aseguró en un acto de premiación a periodistas del régimen que “todo lo que hace la Revolución debe ser explicado, pero no con dogmas ni paradigmas trillados, sino desde emociones y motivaciones”. La información fue compartida a través de la agencia oficial Prensa Latina, este miércoles.
“En la medida en que la prensa sea capaz de captar eso y de expresarlo de una manera coherente llegará más a la gente, a que comprendan los complejos procesos existentes. Hacer conciencia crítica de los problemas y que la gente vea cuáles deben ser las respuestas desde nuestras concepciones, historia y cultura, ya son tareas sumamente importantes y retadoras para la prensa cubana en el presente”, dijo el posible sucesor de Castro en abril próximo.
Las palabras que estructuran las líneas de Díaz Canel hasta parecen coherentes, evocando en la labor de los periodistas el apego a las emociones y motivaciones, tomando en cuenta la naturaleza humana de la profesión.
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Lo que no queda claro en su referencia es cuáles son las emociones y motivaciones que considera “correctas” el funcionario, considerando el condicionamiento que existe en la isla para la labor periodística. No en vano, Reporteros Sin Fronteras, en su informe 2017 calificó a Cuba como el país “más hostil” para la libertad de prensa en América Latina.
“Cuba sigue siendo, año tras año, el país peor calificado en libertad de prensa de Latinoamérica”, señala el informe 2017 de Reporteros Sin Fronteras.
El discurso fue proferido durante el acto de entrega del Premio Nacional de Periodismo José Martí a siete periodistas, llevado a cabo por la oficial Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Los condecorados fueron Ciro Bianchi Ross, Francisco Blanco Ávila, Elson Concepción Pérez, Magaly García Moré, Manuel Guerrero Torres, Tomás Oliveros Estrada y José Aurelio Paz Jiménez.
Labor emancipadora
De acuerdo a las declaraciones del funcionario, desde 1959 la prensa en Cuba “ha desempeñado una labor emancipadora al dar a conocer la verdad de la nación y contrarrestar agresiones mediáticas”. Su declaración nada tiene que ver con los periodistas independientes perseguidos por dar a conocer “las verdades” de los más desfavorecidos por las políticas oficiales en la Isla.
“A lo largo de la Revolución cubana una de las funciones de la prensa ha sido hacer frente a la imposición de una cultura estandarizada. Denunciar todo eso, hacer conciencia crítica de los problemas y que la gente vea cuáles deben ser las respuestas desde nuestras concepciones, historia y cultura”, sentenció el revolucionario.
El discurso de Díaz Canel no combate al delito sino a quien lo practica, o lo mismo es decir, “la imposición de una cultura estandarizada” es mala, a menos que sea la doctrina del régimen en las escuelas cubanas e instituciones, o en el marco internacional, tampoco es de preocupar sí “la imposición cultural” es la del castrismo en países como Venezuela y Colombia.
Mientras que por otro lado, el llamado a “la conciencia crítica de los problemas” no hace falta que la hagan los periodistas, basta con caminar en una barriada de La Habana para conseguir reportajes enteros de sus problemas, en boca de sus protagonistas, que durante 60 años han encontrado “las respuestas desde sus concepciones, historia y cultura”, lo que no han podido es expresarlas en libertad y para su desarrollo.
Redacción Cubanos Por El Mundo
