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Una traición: imperdonable para Vladimir Putin y el Estado ruso

El ataque contra Skripal estaría ayudándolo incluso a mejorar su estatura presidencial, en especial dentro de su gente en Rusia, dejándolo ver como un luchador que enfrenta los riesgos necesarios para dejar ver cuán “temible” es el país

Presidente de Rusia Vladimir Putin / Foto: Cortesía
Presidente de Rusia Vladimir Putin / Foto: Cortesía

Ser temido es mucho más fácil que ser amado. Por lo menos así parece considerarlo el primer mandatario ruso, Vladimir Putin, quien se ha dedicado a fabricar esa imagen ante el mundo. ¿Una potencia puede ser blanda? Todo indica que no, por lo que perdonar una traición no es un permiso que puedan darse desde el Kremlin.

El próximo domingo, Putin estaría celebrando una victoria segura en las elecciones presidenciales, asegurándose su mandato para continuar mostrándose como el zar duro que hasta el momento ha sido. Su rechazo rotundo a la traición, puede ser visto en la película hagiográfica recientemente estrenada, que deja entrever el mando de quien pareciera tener el tradicional comportamiento ruso.

Ejemplos recientes han habido. Mientras que Theresa May, Primer Ministro de Inglaterra, consideraba un “acto indiscriminado e irresponsable” el ataque en contra de Skripal, un excoronel de la inteligencia militar rusa reclutado como espía por Gran Bretaña; de Putin no habría que esperar ni unas disculpas.

Aunque para May, el incidente hace aún más complejas las relaciones entre Rusia y Occidente, para Mark Galeotti, un experto sobre cuestiones rusas del Instituto de Relaciones Internacionales de Praga, asegura que la visión de Rusia es de un “relato geopolítico central” del putinismo:

“Rusia es demasiado formidable y temible como para ser ignorada. La cuestión es demostrar que Rusia no solo tiene capacidad de actuar, sino también voluntad de actuar” asegura Galeotti.

Verse señalado por Gran Bretaña no lo afecta. Por el contrario, fortalece la imagen de hacer de Rusia una “fortaleza” que logra  hacerle frente a las amenazas de enemigos dentro y fuera del país. El ataque contra Skripal estaría ayudándolo incluso a mejorar su estatura presidencial, en especial dentro de su gente en Rusia, dejándolo ver como un luchador que enfrenta los riesgos necesarios para dejar ver cuán “temible” es el país.

En lugar de ceder a los pedidos de Gran Bretaña para brindar explicaciones sobre cómo llegó hasta Salisbury un agente nervioso fabricado por las fuerzas militares rusas, Moscú respondió con un ataque. El canciller ruso, Sergei Lavrov, desestimó las acusaciones británicas al calificarlas de “sinsentido” y exigió que Gran Bretaña entregue el supuesto agente nervioso utilizado contra Skripal y su hija.

Citado por La Nación, Vladislav Inozemtsev, un académico ruso que trabaja en el Instituto de Estudios Avanzados de Varsovia, Polonia, aseguró que el evento logró demostrar que “hablar con Putin ya no tiene sentido”, porque no van a admitir su culpa. Se regocijarán del sufrimiento de un exespía traidor, todavía inconsciente y en una situación crítica, mientras que harán recaer la responsabilidad en Gran Bretaña.

“Se van a aferrar a la tesis de que los occidentales matan a sus agentes cuando ya no los necesitan y luego culpan a Rusia”, dijo Inozemtsev.

Añadió así que bajo el mando de Putin, “Rusia abandonó el esfuerzo por ganarse el respeto internacional a través del poder blando y en cambio ahora aplica una política de ‘poder oscuro'”.

A su juicio, esta disposición “forma parte del instinto natural de Putin, para quien una gran potencia es aquella a la que se le teme. Es mejor y mucho más fácil tener miedo que ser amado”.

Redacción Cubanos por el Mundo

Written by John Márquez

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