La revolución le puso nombre a la destrucción a finales de la década de los 60, al crear la Brigada Invasora Che Guevara. Todo inició bajo la premisa de producir arroz, carne, leche, entre otros alimentos, que serían destinados al consumo nacional y la exportación del excedente.
Alrededor de 500 millones de dólares se gastaron en la conformación del ente, que llevó a cabo la mayor deforestación jamás conocida en la Isla, que profundizaría la sequía años más tarde.
“Cientos de militares, a bordo de buldóceres y equipos con bolas de hierro macizo de demolición gigantes que parecían extraterrestres, comenzaron la deforestación. Recuerdo que las palmas reales y los árboles maderables más robustos eran dinamitados por zapadores militares, y volaban antes de caer derrotados, al grito de los sargentos: ‘¡Fuego a la carga!’”, relató el analista Roberto Álvarez Quiñones, en publicación de Diario de Cuba.
La inversión incluyó la compra en Francia e Italia, de 700 camiones de volteo y 800 equipos para el movimiento de tierra, como buldóceres, motoniveladoras, barredoras verticales, entre otros equipos. Un sistema de gobierno que además fue incapaz de reutilizar la madera cortada, protagonizó en ese momento una deforestación mayor que la de los colonizadores.
“En solo dos años desaparecieron 215.000 hectáreas de frutales, frondosos bosques, montes y también tierras ya en cultivo. Y dos generaciones de cubanos apenas han visto en su vida un níspero, una guanábana, un caimito, una chirimoya o un anón” dice Álvarez.
Sequía 40 años después
Pasadas cuatro décadas de aquella tragedia político-ambiental, el Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes del Ministerio de Agricultura publicó un estudio titulado “Salinidad y uso de aguas salinas para la irrigación de cultivos y forrajes en Cuba”, que señaló entre las principales causas de la actual salinidad de los suelos, la deforestación de tierras y la pérdida de vegetación por la tala indiscriminada de árboles y arbustos.
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“Según el periodista Rolando Cartaya, el ecologista Eudel Cepero señaló esa deforestación indiscriminada a manos de aquella brigada militar, una de las principales causas de la actual catástrofe ecológica que existe en la cuenca del río Cauto. El bello y mayor río de la Isla, hoy parece un arroyo en algunas zonas” lamenta el analista.
Más de cinco décadas después de aquel acto inaugural de la Brigada en Puente Guillén, según los registros de producción del 2006, cuando Raúl Castro recibió la jefatura del gobierno, el país produjo 130.000 toneladas (TM) de arroz, lo que representa apenas el 16% del consumo nacional, de casi 800.000TM .
Esa cifra, tenía 37.864TM menos que las 167.864 producidas en 1956, cuando era el sector privado quien lo producía para la mitad de la población actual.
Ahora, la sequía, proyectado por el régimen como un fenómeno fuera de su control, o al menos de su aparición, le achaca gran parte de sus incumplimientos productivos y en el suministro de agua. Un pretexto que ellos mismos fabricaron en sus delirios de progreso, que nunca supieron generarle al país.
Redacción Cubanos Por El Mundo
