¡Hasta que no las mediomaten, no hacen nada! Las Leyes de Cuba desamparan a la mujer y le permiten al hombre profundizar las agresiones físicas y reincidir en una violencia que muchas veces termina en muerte.
Uno de los casos es el de una cubana residente de Colón, Matanzas, quien tiene ocho meses de embarazo, según reseña de Notiminuto.
Fue apaleada por su marido con violencia que se considera leve en Cuba: un ojo morado y fractura de clavícula izquierda.
La mujer permaneció convaleciente tres días, mientras su esposo el agresor se encontraba huido, según comentan los vecinos, celebrando en una fiesta que duró el mismo tiempo que la hospitalización.
Al ser dada de alta, la mujer denunció a su marido ante la Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), pero el sistema lo dejó en libertad por carecer de antecedentes penales y además no será procesado, ni quedará este evento como precedente.
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Esta era la segunda vez que la mujer alertaba a las autoridades del maltrato de su esposo, pero los funcionarios no actuaron.
Ellos no están obligados a poner un freno a la agresión, por el contrario la ley les indica que debe dejar en libertad al agresor y si este vuelve a hacerlo, estarán en la obligación de indemnizar a la víctima.
Situación ante la que las cubanas se preguntan: “¿Y si la próxima vez me matan? ¿Qué indemnización alcanza para pagar la perdida de mi vida?”.
Complicidad
Mariela Castro Espín, hija de Raúl Castro y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), ha reconocido desde hace años que el Derecho Penal en Cuba no contempla la protección legal de las víctimas de la violencia machista.
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Sin embargo, ni la institución, ni la Asamblea Nacional, ni la policía por voluntad propia ha intentado hacer algo al respecto.
Eso convierte al sistema legal cubano en promotor y cómplice de las agresiones, de la violencia de género y de toda muerte producto de los reiterados episodios de maltrato.
A Cuba no le interesa profundizar en ningún tipo de acción que le genere algún derecho a los cubanos. Su objetivo es todo lo contrario: someter al pueblo al nivel más bajo de indefensión.
Condenas
Laritza Diversent, abogada independiente del Centro de Información Legal Cubalex, sentenció que en vez de hacer algo por las mujeres, las leyes cubanas fomentan las agresiones.
“Cuando una mujer denuncia violencia doméstica, lo común es que la Policía considere que es la palabra de uno contra la del otro y desestime el caso. El resultado casi rutinario es que se le imponga una multa a los dos por escándalo público, aunque la mujer sea la agredida”.
Y es que el Código Penal cubano no aborda la violencia de género como un delito, sino que lo incluye en una más de la lesiones.
Por lo tanto, las agresiones graves pueden imputar una condena de 2 a 5 años de cárcel, eso si la mujer queda casi muerta, y las leves, un año de privación de libertad, eso sí la mujer resulta con todos huesos rotos y hasta adquiere una discapacidad.
En cualquiera de los casos con resultados menores a eso, el agresor queda libre y la mujer debe seguir viviendo a su lado obligada por el déficit habitacional cubano, lo que se reduce en un círculo vicioso de agresiones que en muchos casos resulta en la muerte.
Redacción Cubanos por el Mundo