En un país signado por la homofobia oficial, el Jiu Jitsu podría ser la salvación de algunos. Así lo asegura “Esteban”, un exmilitar que fue excluido de las filas castrenses por ser homosexual y que luego de graduarse de médico, decidió recibir clases de defensa personal junto a su novio para sentirse menos expuesto a los constantes ataques y humillaciones de los que son víctimas en la Isla.
“El Jiu Jitsu es nuestro camino, es armonía y conservación, la supervivencia de nuestro amor”, explica el joven médico, quien se incorporó a un grupo de esa arte marcial junto a su pareja, aunque ocultando su homosexualidad para evitar ser excluidos. Según publicación de Cubanet.
“Cada quien por su lado”, fue la táctica empleada para ingresar a sus clases de Jiu Jitsu, el modo de vida que les permite avanzar sin ser insultados, apartados, golpeados y humillados, prácticas que le son muy familiares en Cuba.
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Sueño frustrado
Esteban desde muy niño soñó con ser militar y apenas tuvo la edad, se alistó en la escuela “Camilitos”, una nueva academia militar que inauguró Raul Castro en el año 2000. Todo fue perfecto hasta que una noche lo descubrieron teniendo relaciones sexuales.
“¿Cómo crees que te vamos a perdonar esa degeneración?”, le preguntaron.
Desde aquel momento, debió seguir adelante pese a la humillación y vergüenza de sentirse un “bicho raro”. Tras abandonar el servicio militar, su deseo de servir lo hizo estudiar medicina.
“Ahora no mato, ahora curo, y sigo siendo homosexual”, enfatiza Esteban, también bailarín.
Sin embargo, pese a que no se encuentra en el campo de batalla como si fuese aún soldado, las amenazas que enfrenta a diario sobrepasan a la de cualquier militar en ejercicio. El joven cuenta que entre los ataques callejeros y la discriminación policial no hay casi diferencia, los segundos se complacen en las fechorías de los delincuentes, sí las practican contra homosexuales.
Desamparo total
Hace seis meses Esteban acompañaba a su novio hasta su casa y fueron asaltados por delincuentes que los dejaron en la calle únicamente con la ropa interior y les gritaban “Gocen ahora que están encueros, ‘maricones’”.
Desnudos, se apuraron a llegar a la casa del novio, pero fueron detenidos por la policía y trasladados a una unidad, donde los humillaron y maltrataron más que los delincuentes.
“No creo que les importen las muertes de dos maricones”, asegura Esteban al referirse a las autoridades cubanas.
Por eso, asumir o no su defensa personal podría significar para esta pareja homosexual la diferencia entre vivir o morir.
“Ellos mienten para aprender a defenderse, porque conocen de la homofobia cubana, esa que llegó a los extremos tras el ‘triunfo del 59’. La defensa de un amor homosexual, de su amor, es su responsabilidad, y que para el régimen en nada se diferencian él y su novio de un ‘homosexual traidor’”, asegura el escritor Jorge Ángel Pérez.
Redacción Cubanos Por El Mundo