El hambre en Venezuela comienza a “mutar” en la sociedad. Impulsados por la profunda crisis que agobia a la nación, niños en la ciudad Caracas han recurrido a la violencia para fijar territorio sobre los potes de basura y de esa manera evitar que otros, desesperado por el hambre, vengan hacerse con el “botín”.
Según reporta El Nuevo Herald, cada vez son más los niños y jóvenes que deambulan por las calles buscando que comer. La llamada “basura de calidad”, aquella que reposa a las afueras de restaurantes de la clase alta, es el foco de estas peleas.
Los menores se arman con “cuchillos, palos y machetes” y se disputan bolsas de basura que contienen sobras actas para ser ingeridas.
Sistema
Las bandas operan por zonas, los miembros de una pandilla no pueden invadir el territorio de otra o sufrirán graves consecuencias.
Los centros comerciales también son escenario de esta guerra silenciosa.
De acuerdo con Beatriz Tirado, dirigente de una ONG llamada Ángeles de Calle, unas 10 bandas operan actualmente en Caracas con el consentimiento de los funcionarios chavistas.
“En las calles de Venezuela siempre hubo niños callejeros, pero ahora vemos un nuevo fenómeno, niños que consiguen más comida en la calle que en su casa”, afirma
“Todas las semanas tenemos que tratar cortadas y golpes que han sufrido a lo largo de los días en sus enfrentamientos”, añade Tirado.
La mujer afirma que muchos de estos niños cuenta con un hogar, pero consiguen más comida en la calle que en sus casas.
Roberto Patiño, un trabajador social, instauró unos 20 comedores públicos en todo el país para alimentar a los menores hambrientos.
Otro de los motivos que impulsa a estos jóvenes y niños a integrarse en las bandas es el abuso policial.
“Nos queman los zapatos y a veces nos rompen los dedos con una porra”, dice un joven entrevistado por el Herald.
Redacción Cubanos por el Mundo