La venta de pescado está regulada en Cuba y la venta ilegal puede ser sancionada con multas que rondan entre los 1.500 y 3.000 pesos. La pesca “regulada” que muchos obtienen con sacrificio en sus humildes embarcaciones y en medio de muchas carencias indumentarias, en algunos casos debe ser entregada a las autoridades y nadie sabe a dónde va a parar, puesto que nunca se lo venden al pueblo.
“Pescar en Cuba es una mala palabra y vender el pescado es mucho más que eso”, enfatizó Iluri Hernández Pérez, pescador de Cienfuegos y exmilitar de las Fuerzas Especiales, a Martí Noticias.
El exmilitar cuenta cómo desde muy joven se vio obligado a pescar para poder vender algo que le permitiera un ingreso en dinero, una labor que muchos pescadores hacen por la imperiosa necesidad de sobrevivir, aunque con miedo a ser castigados en el intento.
“Tuve que dedicarme a pescar para poder llevarme 20 pesos a la escuela para la merienda, entonces llegas al barrio y tienes que fajarte o con un revendedor o arriesgarte a venderlo por tu cuenta en la calle, hasta que aparezca alguien que te quiera salar la vida”.
¿Mariscos para la élite?
Algunas especies de mariscos, como los camarones y la langosta, están prohibidos para la pesca particular, y en caso de captura, los pobladores deben entregarlos a las autoridades. Su venta ilegal conlleva a multas de hasta 3.000 pesos.
“Gracias a la pesca estoy vivo y mi familia también. La pesca nos beneficia pero nos quitan demasiado”, asegura un pescador del Castillo de Jagua, al recordar todo lo que debe entregar en cada jornada.
Vidas en riesgo
Muchos pescadores han salido en sus pequeñas lanchas en busca del alimento para sus familias y no han regresado. Las precarias condiciones para realizar su labor, los expone en cada salida, al navegar sobre embarcaciones viejas y sin el mantenimiento adecuado.
Pescar es una bella práctica, que en Cuba, ha sido distorsionada para el beneficio de la dictadura y para el sometimiento de los pobres.
Pescar es una bella práctica, que en Cuba, ha sido distorsionada para el beneficio de la dictadura y para el sometimiento de los pobres.
“Nosotros somos buenas personas, no somos malos y a lo que vienes a ver tienes la lancha arriba (en el muelle) por papeles o lo que sea y por cualquier cosa te suspenden”, dice otro pescador.
Cobro por todo
Los pescadores critican tener que pagar por todo pese a no obtener ningún respaldo oficial a su labor.
“Pago de licencia, pago de carnet, pago en muelle, y otros más, además si no tenemos salvavidas nos sancionan hasta por un año. Yo no tengo para comprar salvavidas cada año”, resalta un vecino.
Otro pescador, en cuya labor lleva 60 años, asegura haber acudido muchas veces ante el Ministerio del Trabajo y nunca le han aprobado una chequera.
Redacción Cubanos Por El Mundo