¿Será que lo de la unificación cambiaria en Cuba es un pote de humo para angustiar aún más a los cubanos que viven en crisis? Esta es una hipótesis que encaja bastante bien en lo ocurrido en la Isla durante los últimos días.
Tal parece que se tendrá nuevo dictador antes que nueva moneda.
Y es que en medio del alboroto dentro del Partido Comunista por el cambio de mando de la dictadura, las informaciones y rumores sobre la unificación cambiaria entretienen a los cubanos en lo que es verdaderamente importante para ellos: cómo seguir sobreviviendo a la crisis.
Esto dado que la unificación cambiaria anunciada desde hace cinco años y recientemente hace dos meses, no termina de concretarse.
La espera hace crecer los rumores sobre los detalles del proceso y crea una alarma entre los cubanos que tienen ahorros en los bancos en las dos monedas que circulan en Cuba.
Ahora de nuevo el régimen retrocede y emite una aclaratoria sobre la posible desaparición del peso convertible CUC al tiempo que mantiene vigente su actual tasa de cambio de 24 pesos cubanos (CUP) por cada CUC, según reseña la prensa oficial.
El Banco Central de Cuba no informa nada sobre la tan anunciada unificación cambiaria, pero dan tranquilidad a quienes, por experiencia saben que con ese proceso pueden perder hasta la camisa.
Consecuencias
¿Cuánta perdida no supone para el régimen que las remesas enviadas por familiares o amigos en el extranjero sean conservadas en CUC y dado los rumores, sus dueños hayan decidido cambiar por pesos CUP y otros por dólares o euros?
Las dificultades al sistema bancario cubano, ocasionadas por la ola de rumores llevan al régimen a aclarar la situación, sin embargo aunque reciben un poco de tranquilidad, la paz no parece terminar de llegar porque ahora los anuncios sobre la unificación tampoco se concretan.
El régimen le da largas a la unificación cambiaria y luego de ponerla a dormir, la despierta cada vez que le conviene cambiar el foco de los cubanos.
De cualquier forma a los que viven en dictadura desde hace 60 años y que no creen en un cambio de desarrollo y progreso en la Isla mientras exista el régimen comunista, no le interesa el cambio de mando, sólo le importa cómo seguir encontrando qué comer.
Bien lo expresaba ya Thomas Gresham, teórico que vivió en Londres desde 1519 a 1579: “Cuando en un país circulan dos monedas, el público considera a una buena y a la otra mala, y así, la moneda mala saca del mercado a la moneda buena”.
En concreto: el cubano paga con la moneda mala y ahorra la moneda buena.
El mismo BCC ha admitido que los cubanos se están deshaciendo del CUC que es la moneda mala.
Y es que los antecedentes que tiene el castrismo como rector cambiario, no pueden dar confianza a los cubanos con sus ahorros. La dictadura sólo vela por sus “ahorros” y no por los tan sacrificadamente reunidos por los cubanos.
Redacción Cubanos por el Mundo
