Los personajes de la serie El Chavo del Ocho calaron en varias generaciones de toda América y el mundo. El “profesor Jirafales” fue uno de ellos,que era interpretado por el gran Rubén Aguirre, quien falleció el 17 de junio de 2016 a los 82 años.
Pero la vida de este enamorado instructor no siempre fue alegría y romance como se le veía en el exitoso programa.
De acuerdo con un artículo de la web Taringa, la vida de Aguirre dio un giro inesperado cuando él y su esposa tuvieron un accidente que los dejó en silla de ruedas.
RECOMENDADO: ¡ADIÓS A UN GRANDE! Fallece el “profesor jirafales”
El dinero que había logrado tras años de exitosa carrera y negocios, poco a poco fue mermando al punto de ponerlo en una situación crónica.
Aguirre era un gran aliado del Roberto Gómez Bolaños, El Chavo. Juntos llevaron a cabo proyectos como el profesor Jirafales, Lu Castañeda, el sargento Refugio, entre otros.
El canal Televisa logró miles de millones con estos programas y Aguirre pudo tener su propio grupo de teatro y un circo móvil que le generaba buenas ganancias.
Pero tras el accidente, tuvo que abandonar los escenarios. Su recuperación fue lenta y tortuosa.
A su esposa le cortaron una pierna y él sufrió graves daños en la columna. Las costosas cirugías terminaron con su seguro médico y tuvo que sacar de su bolsillo para pagarlas.
Decepción y muerte
Enfermo y arruinado, Aguirre exigió al sindicato conocido como ANDA, que sus operaciones fueran costeadas por ellos.
El escándalo sacudió los medios por un tiempo, pero representantes de la organización salieron a desmentir las acusaciones del actor afirmando que habían pagado todo los gastos, tiempo después se descubrió que no fue así.
Cansado, agotado y sin dinero, Aguirre murió en Puerto Vallarta, Jalisco, no sin antes expresar su descontento por haber dado tanto durante su vida, y haber recibido tan poco cuando más lo necesitó.
“Mis fuerzas se acabaron, tengo 10 años luchando por este derecho, porque desde hace diez años lo he necesitado”, dijo el actor poco antes de morir, refiriéndose al derecho de que los costos de su salud, fueran cubiertos por ANDA.
Hoy día, el profesor Jirafales sigue alegrando la tarde de los más pequeños y no tan chicos, quienes sienten nostalgia al escuchar al enamorado profesor responderle a Doña Florinda “¿No será mucha molestia?”.
Redacción Cubanos por el Mundo