Jaco Nel, es un psiquiatra de 50 años, que un día normal jugaba con su perro Cocker Spaniel, Harvey, y en medio de la escena el canino le hizo una leve lesión en su mano, al que el hombre no presto mayor atención, reseña el portal web Itv News.
Nel, cuenta que se lavó el brazo y continuó con sus actividades programadas para ese día en su casa de Chorlton, Manchester.
“Habíamos estado jugando un poco brusco y él me cortó la mano. Era muy pequeño Lo limpié y me olvidé de eso”. cuenta Jaco.
Dos semanas más tarde, Jaco cayó en cama con Sepsis, una enfermedad mortal que le costaría tanto las piernas como todos los dedos en una mano.
Los síntomas que presentó inicialmen, son parecidos a los de una gripe, por lo que Nel, quiso continuar con su rutina de trabajo y sólo fue a descansar en su casa. Pero la situación fue empeorando y un día pidió la ayuda de uno de sus compañeros:
“Ni siquiera recuerdo el timbre del teléfono. Cuando mi compañero Michael llegó a casa después del trabajo no pude pararme, mis manos no funcionaron correctamente y tuve problemas para hablar” explica Nel.
El primer llamado fue a los paramédicos, quienes notaron que Jaco tenía manchas rojas en toda la piel, un síntoma de sepsis, e inmediatamente comenzaron un tratamiento con antibióticos mientras lo llevaban al hospital.
Cuando llegaron al hospital, Jaco se derrumbó y fue llevado directamente a la unidad de cuidados intensivos, donde lo colocaron en coma inducido.
La enfermedad
Las personas que entran en shock séptico solo tienen alrededor de 20 puntos de probabilidad de supervivencia. La infección interfiere con el mecanismo de coagulación de la sangre del cuerpo, con muchos coágulos sanguíneos más pequeños que cortan la circulación a partes del cuerpo y hacen que la presión arterial baje peligrosamente.
En el caso de Jaco, sus riñones comenzaron a fallar y sus piernas comenzaron a ponerse negras a medida que se establecía la gangrena.
“Estaba acostado en el hospital mirándome las piernas y los dedos negros y gangrenosos. Mirando hacia abajo, sabía que iba a perder todo. Podría decir que el tejido estaba muerto”.
Cuatro meses después de ser ingresado en el hospital, a Jaco le amputaron ambas piernas debajo de la rodilla. Perdió todos los dedos en su mano derecha y uno en su mano izquierda, y necesitó cirugía reconstructiva en su cara.
Con el uso de prótesis de piernas, Jaco, ahora de 52 años, ha podido aprender a caminar de nuevo y vivir de manera independiente.
Pero la desfiguración facial que ha sufrido ha sido difícil de aceptar.
“La parte más difícil ha sido aceptar que ahora estoy desfigurado y que no hay nada que pueda hacer al respecto”
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Redacción Cubanos por el Mundo
